J. FRANCISCO MEJÍA, OTRO DE LOS GRANDES OLVIDADOS
J. FRANCISCO MEJÍA, OTRO DE LOS GRANDES OLVIDADOS
Óscar Aníbal Puerto Posas
J. Francisco Mejía, precursor del Partido Socialista en Honduras.
Aclaración. Honduras. “Nuestra Honduras magnífica y terrible” -cito al aeda Jorge Federico Travieso (1920-1953)-, ha traído al mundo dos ciudadanos ilustres con el nombre de Francisco Mejía. Para mayor asombro llevan adheridos a sus nombres la letra “J.”. Son ellos: Francisco J. Mejía y J. Francisco Mejía. El primero, se llamaba Francisco Javier Mejía y el segundo José Francisco Mejía. Francisco J. Mejía fue abogado y político. No dejó obra escrita. Sabemos, de su existencia, fundamentalmente, gracias a la péndola de don Catarino Castro Serrano, autor del libro: “Honduras en la Primera Centuria”. Llegó a mis manos gracias a la bondad de Juan Ramón Martínez; coordinador general del Comité Ejecutivo de la Comisión Nacional de Bicentenario 1821-2001. Buen libro, lástima que contenga tantos errores tipográficos.
Castro Serrano, nos ofrece una visión fugaz del personaje: abogado, Ministro de Gobernación en el gobierno del Dr. Francisco Bertrand. Se formó un movimiento (“Club”, lo llamaban en esos tiempos), para impulsar su candidatura a la Presidencia de la República. Murió en circunstancias obscuras. Para cederle el paso al eminente médico Nazario Soriano, concuño de Bertrand. Este lo impuso a toda costa. Dando lugar a la guerra civil de 1919. Accediendo al poder el general Rafael López Gutiérrez, triste final. Bertrand había hecho un buen gobierno.
Francisco J. Mejía, es el nombre del Instituto de segunda enseñanza de la “Ciudad Cívica” de Olanchito. Ha dado a Honduras magníficos profesionistas, hombres y mujeres, de acrisolada honradez y sabiduría. No he de mencionarlos por temor a olvidos lamentables. Francisco J. Mejía, no era nativo de Olanchito. La cuna de Ramón Amaya Amador, se caracteriza por su nobleza. Su escuela de niños se llama: Modesto Chacón, nativo de Santa Cruz de Yojoa. Llegó a Olanchito, como Cura Párroco. Fundó, aparte de sus funciones pías, la primera escuela del pueblo. También lo hizo en otros espacios donde fungió como sacerdote, pero, solamente Olanchito lo recuerda con unción. La escuela de niñas, se llama “José Cecilio del Valle”. Lo dicho, pocos pueblos tan generosos como Olanchito. Como si ello no bastase, Olanchito, declaró: “huésped de honor” al Licenciado Medardo Mejía, en las Fiestas Patrias de 1972. El erudito, consigna ese dato en sus memorias. “Refiere Anicias, el paso de aquel milpero”. En fecha más reciente, la actual Alcaldía Municipal, declaró: “huésped de honor” al Dr. Francisco Herrera Alvarado, otrora Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); cuya familia materna, es oriunda de Olanchito. Ningún Municipio de Honduras, se gasta estos gestos. La Alcaldía Municipal del Distrito Central, sólo lo ha hecho cuando visita la ciudad, algún miembro de la Realeza española, o un alto funcionario del gobierno de los Estados Unidos. Les agrade o no, Olanchito es diferente… Ahora nos referiremos al ingeniero J. Francisco Mejía.
¿Quién fue J. Francisco Mejía?
Fue un hondureño en verdad inquieto. Don Víctor Cáceres Lara (1915-1993), en las páginas del diario “El Día”, en la sección: “Este día hace 45 años”, comenta:
Marzo 24, 1932. “A las 7 de la noche y en casa del ingeniero J. Francisco Mejía, quedó constituido una directiva provisional del Partido Socialista que según parece se llamará laborista y que tomará participación activa en la actual contienda electoral. Preside la nueva agrupación el general Calixto Marín. Reconocido militante liberal y hombre sin tacha. Víctor Meza (1945-2002), en “Historia del Movimiento Obrero Hondureño”, expone: “Surgió un partido de efímera existencia, por cierto, el Partido Socialista de Honduras. Al fundarlo, conscientemente, sus organizadores reconocían las limitaciones que presentaba el simple aparato sindical constituido por la FOH para liderar luchas políticas efectivas”. Además, Víctor Meza sostiene: “Uno de los fundadores Julián López Pineda” (ops cit. p. 39). Víctor Meza, tiene en su libro muchas inexactitudes. Don Julián López Pineda, no fundó el Partido Socialista. A los años 30 del siglo anterior, López Pineda había abandonado las ideas socialistas. Según Medardo Mejía, López Pineda, “fue un escritor socialista hasta 1918”. En 1932, estaba afiliado -y ahí permaneció hasta el fin de sus días- al ultraconservador Partido Nacional y desde las páginas de “El Sol” que él dirigía, hacía propagada a favor del general Carías. Tampoco es cierto que el Dr. López Pineda (lo era por la Universidad de El Salvador), propusiera la creación de una “colonia comunista” en la Mosquitia. La FOH, elevó la propuesta de “colonización de la Mosquitia” (no de crear una “colonia comunista”, cómo asevera Víctor Meza. Gobernaba el Dr. Vicente Mejía Colindres, quien vio con simpatía la idea. El Congreso Nacional, controlado por el general Tiburcio Carías, rechazó la propuesta. El autor de la misma fue el Licenciado y escritor Arturo Martínez Galindo. Don Julián, para esa fecha, había dado una voltereta ideológica. Fue el escritor Arturo Martínez Galindo (1903-1940). Martínez Galindo fue uno de los “intelectuales orgánicos” de la Federación Obrera Hondureña (FOH). Alejandro Rivera Hernández (1909-1968), lo conoció y nos decía, desde su cátedra en la antigua Facultad de Derecho: “Arturo Martínez Galindo es el hombre más inteligente que he conocido”. No es necesario rescatarlo del olvido, esa misión la cumplió con alto discernimiento”, Marcos Carías Reyes (1905-1949), en “Hombres de Pensamiento” (1947). Lo ubica, par a par, con José Cecilio del Valle, Ramón Rosa, Juan Ramón Molina, Luis Andrés Zúñiga y Rafael Heliodoro Valle.
Víctor Meza, fue mi amigo. Admiré siempre su talento insigne y su compromiso auténtico con los desposeídos. Pero, “Historia del Movimiento Obrero Hondureño”, no fue su obra cumbre. Contiene inexactitudes y omisiones. Tal vez por falta de tiempo o por descuido. No pretendo empañar su memoria. Si en algo he molestado a su viuda, Leticia Salomón, excelente figura de la Sociología patria, pídole disculpas. Lo mismo a Miroslava, su hija. Lleva nombre de actriz. Víctor, en todo se apartaba de la exigüidad del medio. Su imaginación era inmensa. Miroslava, la actriz, tuvo amores con Domingo Dominguín, el torero de Partido Comunista Español (PCE). A causa de un desencuentro sentimental, Miroslava se suicidó. Corrían los años 50 del siglo pasado.
ALGO MÁS SOBRE J. FRANCISCO MEJÍA
Nuestro hombre fue Ingeniero Civil, egresado de la entonces denominada: Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, de la otrora Universidad Central de Honduras, hoy Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). J. Francisco Mejía fue miembro distinguido de los círculos profesionales e intelectuales del país. Llegó a ser Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y matemáticas. Autor de los libros: “Agrimensura Legal”, obra de texto por muchos años en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (hoy Facultad de Ingeniería). “Agrimensura Legal”, es una obra editada en la Imprenta “Ariston”, Tegucigalpa, 1944; también publicó: “Pavimentación de la Capital, estudios y comentarios”. “Agrimensura…”, me lo heredó mi padre. J. Francisco Mejía, no fue un escritor lucido. Sí correcto. En la introducción del libro citado, se lee: “Al publicar el presente trabajo he tenido por único objeto, facilitar el estudio de esta asignatura (…) y orientar el criterio de los profesionales que empiezan a ejercer la Agrimensura”. Si tengo la suerte de conseguir tal finalidad me sentiré satisfecho”. Al final -era requisito en aquellos tiempos de oscura dictadura- hacer constar su gratitud, al Señor Presidente de la República Dr. y Gral.” (sic) Tiburcio Carías Andino. Fue parco. Otros autores, de esa época, abundantes: algunos ilustres, resbalaban en la adulación. J. Francisco Mejía, dedicó muchos años de su vida al ejercicio de su profesión, habiendo contribuido en forma amplia al desarrollo hidroeléctrico y vial del país. Me atrevo a afirmar que se encasilló en su profesión como forma de protegerse por las ideas socialistas que un día profesó.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Víctor Meza, “Historia del Movimiento Obrero Hondureño”, Editorial Guaymuras, 2ª reimpresión, Tegucigalpa, julio de 1981.
J. Francisco Mejía, “Agrimensura Legal”, Imprenta Ariston, Tegucigalpa, 1944.
Mejía, Medardo, “Historia de Honduras” (Tomo VI), Editorial Universitaria, colección “Realidad Nacional” No. 30.
Catarino Castro Serrano, “Honduras en la Primera Centuria”, 2ª edición, Comisión Nacional de Bicentenario, Tegucigalpa, s/f.
Manuel Vásquez Montalván, “Pasionaria y los siete enanitos”, Editorial Planeta, Barcelona, 1ª edición, marzo de 1995.
Diario “El Día” (recortes, 1957).
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