EL ÉXITO DEL GOBIERNO
Juan Ramón Martínez. Hacía muchos años que los obreros y los empresarios no se ponían de acuerdo en lo del salario mínimo. Durante los últimos años, la discusión del tema fue una pérdida de tiempo, una acumulación de ofensas y enconos entre unos y otros que, entre otros resultados contraían la inversión y desarrollaban cierta incomodidad y desesperanza entre los trabajadores. Durante el gobierno de Zelaya, se hizo el incremento mayor del salario mínimo que se tenga memoria en toda la historia. Aunque la medida estaba basada en la consideración lógica que para reactivar la economía había que aumentar la capacidad de compra de los hondureños, los cálculos se hicieron en forma festinada en lo que pareció, el fin era más que favorecer a los trabajadores, castigar a los productores, de todos los tamaños, especialmente a los más pequeños que luchan contra su desempleo personal y el de sus familiares. Los resultados fueron catastróficos; subió el desempleo, se redujo el comercio y la pobreza