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Mostrando las entradas etiquetadas como Democracia Cristiana

DISPERSIÓN ELECTORAL

Juan Ramón Martínez. El Tribunal Supremo Electoral está actuando dentro de una perspectiva muy estrecha. En el ánimo de volverse necesario, de justificar el inevitable apoyo financiero, está abriendo las puertas de par en par, para que se organicen más partidos políticos que los que el país probablemente necesita. Sin tomar en cuenta que, en la medida en que dispersa el poder electoral, debilita las opciones del sistema que siempre ha tenido en cuenta la participación de las minorías. Y es que, en la medida en que concurren más partidos a las elecciones, tenemos dos fenómenos que conviene estudiar: uno es la operación más compleja en el Congreso Nacional por la proliferación de las bancadas; y dos, la dificultad para que las minorías puedan realmente conquistar posiciones de alguna relevancia en la distribución general de los diputados. Si antes era complicado y difícil que las minorías obtuvieran un diputado, en el caso presente, en la medida en que la cúpula se congestiona, est

ENCUESTAS DE OPINIÓN

Juan Ramón Martínez. En las últimas semanas, se han conocido por lo menos cuatro encuestas de opinión, efectuadas por diferentes empresas. Con finalidades distintas y por supuesto, destinadas a satisfacer intereses diferentes. La mayoría de ellas, han sido contratadas por grupos políticos y solo una de ellas es la que parece más independiente y dirigida al público en general. En las primeras, es decir las contratadas por los partidos políticos, especialmente por el PN, el interés es conocer la popularidad de los candidatos y el nivel de resistencia que provocan en algunos segmentos poblacionales. En la última, la que llamaremos ERIC-SJ, lo que se trata de medir es el estado de ánimo de la población, la opinión que tiene sobre la situación económica que se está viviendo, sus visiones del clima de inseguridad, el criterio que le provocan las fuerzas políticas, el papel que le asigna a los llamados partidos tradicionales – que algunos buscan enterrar como fórmula para facilitar la moderni

FERNANDO MONTES

Juan Ramón Martínez. No quise hablar en el momento en que sus restos eran entregados a la tierra fraterna, la mañana del martes recién pasado. Sabía que perdería la fuerza, no podría ordenar las ideas; y terminaría echándome a llorar frente a todos. Y en vez de hacer un discurso, me convertiría en un espectáculo que le restaría méritos a su momento de mayor gloria del maestro Fernando Montes: su ingreso a la inmortalidad, en brazos del afecto de miles de hondureños que recibieron de sus manos el pan ácimo de la esperanza, la indicación precisa de cómo ordenar las cosas, los recursos puntuales y la creencia en un destino mejor. Porque a ningún otro compatriota – después de los amigos que hice en la primaria y la secundaria – le he dispensado más cariño y más respeto que a Fernando Montes al cual, pese a mis impulsos caribeños nunca pude tutear, aunque él desde 1966, año en que lo conocí en Langue presentado por Arístides Padilla, siempre me trató con un afecto en donde lo primero que se