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COMPROMISOS DE AÑO NUEVO

Juan Ramón Martínez. Las personas, las sociedades y los gobiernos, tienen la obligación de establecerse metas y buenos propósitos cada año por lo menos. Los hondureños, de cara a una crisis que no cesa, en la que pareciera que nos inclinamos, hacia la autodestrucción, estamos por razones de sobrevivencia, obligados a auto imponernos objetivos colectivos que trasciendan los egoísmos grupales o las exigencias locales o regionales. Ello, nos obliga a la rectificación inmediata de aquellas conductas que producen la situación actual. Requerimos volver a los orígenes de la República, para entender por qué la vida salvaje y primitiva, es superada cuando nos sometemos al imperio de la ley. Es necesario estimular una sana competencia, de forma que busquemos en la actividad privada, los recursos suficientes para una vida sana, constructiva y eficiente. Renunciando a la bellaca idea que la única forma de ser felices y lograr realizaciones, es mediante la conquista o el asalto al gobierno. En fin,

CÓMO “RECONSTRUIR” A LA POLICÍA

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  Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_443" align="alignright" width="225" caption=""armed cop, armed pig", graffiti inglés. (Ejemplifica cuando el miedo se convierte en odio)"] [/caption] No solo es cosa de rotación de oficiales, escondiendo la “basura”. Ó de la creación de nuevas organizaciones para recobrar la confianza en una institución dañada por la instrumentalización, los conflictos de intereses y la corrupción. Es necesario, devolverle el sentido de ser a la institución policial, dinamizarla con nuevas generaciones de personas, volver al respeto jerárquico y la antigüedad – que Álvarez se pasó por mala parte sea dicho – transformar los sistemas de reclutamiento de los policías y oficiales y la creación de mecanismos para que la actividad policial, sea exclusiva. De forma que desaparezcan los conflictos de interés en que los Jefes Policiales son simultáneamente, autoridades y empresarios que usan el cargo, para aumentar

LOS RETOS DE UNA NUEVA POLÍTICA DE SEGURIDAD

Juan Ramon Martínez. Óscar Álvarez hizo mucho daño a la política de seguridad del país. Volvió su perspectiva tan personal y hermética, que dejó fuera a los actores policiales, dividió a las instituciones en seguidores suyos y adversarios; y eliminó la intervensión de la sociedad en un asunto que más de la policía o del gobierno, es y debe ser su principal preocupación. Y al querer convertir a la Policía en una suerte de Fuerzas Armadas sustitutas, creó un clima interno sin las salidas correspondientes que ha generado entre otras cosas, inseguridad en los oficiales policiales que no le ven seguridad a su futuro; ni mucho menos reconocimiento y tranquilidad suficiente para vivirlo en forma decente. En otras palabras, el problema que tiene que enfrentar Pompeyo Bonilla es de dimensiones gigantescas. No solo hay incoherencia interna, desacuerdos y desconfianzas evidentes, sino que además, una evidente desarticulación con la sociedad que no confía en la Policía, especialmente porque así co

LAS SORPRESAS DE OSCAR ALVAREZ

Juan Ramón Martínez. El Ministro de Seguridad es un hombre sorprendente. Versátil en el manejo de las declaraciones, y hábil en aprovechar los cargos públicos para hacerse publicidad. Es además, irrespetuoso de la capacidad y firmeza de la memoria colectiva. Después de diez años de conocer a la policía, en cuyo trascurso desmontó la Oficina de Asuntos Internos y eliminó el CONASIN, ahora descubre que esta institución – de cuya dirección es el principal responsable— está severamente afectada por la delincuencia que ha penetrado en todos sus niveles, tal como declarara a los medios de comunicación. Y sin que nadie, desde el territorio nacional por lo menos, le forzara a ello; e incluso, le peguntara siquiera sobre el tema. Dio declaraciones, en el cumplimiento de fines que solo el conoce. Hace algunos años, en su primera oportunidad en el cargo, durante la administración de Ricardo Maduro, Oscar Alvarez nos dijo que éramos injustos con la Policía; y que, por ello, iba comprometerse en su