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Mostrando las entradas etiquetadas como crecimiento económico

NO APUESTO POR EL FRACASO

Juan Ramón Martínez. No formo parte de los que esperan con ansias, el colapso final de Honduras. No porque no aman a su país, sino que para echarle la culpa a los partidos políticos, a las elites empresariales, a los gobiernos; y por supuesto a la burguesía rural o urbana. O para implorar la ayuda internacional, aprovechar las migajas que se caen de las mesas de los epulones que manejan las cosas en el país y hacer algunos negocios; o para encontrar datos estadísticos con la cual construir las escaleras de sacrificio, por donde se desliza el país hacia las desgracias. Más bien, fui formado para tener esperanza, para creer que el futuro sería mejor y para confiar en el desarrollo de una conciencia política en que la participación ciudadana dejara de ser un simple mecanismo destinado a la manipulación. De forma que la crítica que he hecho en estos años y las declaraciones dadas a los medios de comunicación, no han tenido la finalidad de anunciar el fin el mundo, sino que para llamar la a

POR FIN, ¡HEMOS ARRANCADO!

Juan Ramón Martínez. No niego que estoy contento que, por fin, haya arrancado el proceso para poner en práctica el Plan de Nación. Con dos años de explicable retraso, el Presidente Lobo Sosa ha dado el banderillazo inicial, para que usando diferentes metodologías, se realicen las acciones pertinentes para lograr las metas del Plan de Nación, que una vez alcanzadas, nos permitirán sacar a Honduras del atraso, para encaminarla por la ruta del desarrollo. Por supuesto, para el logro de estas metas, la sociedad, la ciudadanía y el gobierno, tendrán que pasar por encima de todos los obstáculos que durante 190 años, han impedido el crecimiento económico del país y la justicia social y el bienestar de todos los hondureños.  Uno de los obstáculos principales que han frenado el crecimiento económico del país, ha sido la creencia – generalizada últimamente por la prédica populista – que el gobierno es quien determina el futuro, colocando por consiguiente a la ciudadanía y a sus organizaciones re