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CONFIABILIDAD DE LOS ORGANOS ELECTORALES

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 Juan Ramón Martínez La independencia de las entidades electorales, la profesionalidad de sus dirigentes, dan confianza que se respetará la soberanía popular. En Honduras, el camino ha sido largo. Al principio, en el siglo XIX, en las elecciones, el elector, votaba públicamente; diciendo en alta voz el nombre de por quien lo hacía. Frente al Cura, el Alcalde Municipal y el Comandante. La libertad era imposible. Además, cómo no había partidos; ni el gobernante aceptaba ninguna discusión sobre su mandato y menos sobre la conveniencia o no que continuar en el ejercicio del poder, no había más que un candidato, el oficial. Ferrera se reeligió, Guardiola y Medina, lo hicieron sin ninguna dificultad. Hasta 1903 que concurrieron dos candidatos: Juan Ángel Arias y Manuel Bonilla, del Partido Liberal, fundado por Céleo Arias y Policarpo Bonilla, el primer caudillo civil que continúo enturbiando la vida nacional y empujando dolorosas montoneras. En 1924, hubo elecciones democráticas. Ganó el PN,
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RESCATE DEL CONGRESO Juan Ramón Martínez La joven politóloga guatemalteca, Gloria Álvarez, que pronunciara el más interesante discurso en el encuentro de la juventud parlamentaria del mundo hispano, nos ha dado importantes lecciones que vale la pena considerar. La primera de ellas, tiene que ver con la debilidad del sistema de representación democrática, en donde los diputados, en vez de tutelar, proteger y defender los intereses de sus representados, más se dedican con gozosa desmesura, a defender los intereses de sus patrocinadores financieros, congratular a quienes les financiaron la campaña; y a ponerse de rodillas, ante quien los hizo personalidades con méritos artificiales para llegar al Congreso Nacional, al Poder Ejecutivo y a los Tribunales de la República. Esta crisis de la no representación en que el elegido o nombrado cree que no tiene obligaciones morales con sus electores, es lo que más debilita al sistema democrático electoral. Ante lo cual, debemos hacer esfue

¿CUÁNTO VALE UN DIPUTADO?

Juan Ramón Martínez. Es muy fácil penetrar la campaña electoral de los candidatos a diputados. Y mucho más la de los que aspiran a dirigir las Alcaldías municipales. Por varias razones: 1) lo costosas que se vuelven, tanto por la publicidad como por la costumbre que el aspirante regale cosas a los electores potenciales, casi en una verdadera compraventa de voluntades; 2) porque ninguna de ellas tiene control suficiente como para identificar a los “donantes” de forma que la actividad para llegar al cargo, tenga un carácter permanente; y 3) porque los aspirantes al reelegirse o lograr uno de los cargos mencionados, carecen de un formación tal que tengan miedo a fallarle a los electores, a quienes no se les dispensa enorme respeto y consideración. A estas tres razones hay que agregar que la sociedad en general se ha vuelto laxa con respecto al éxito económico logrado por los demás – incluidos los candidatos y los diputados y los alcaldes que buscan reelegirse – de forma que, en vez de pre

LA CANDIDATURA DE MAURICIO VILLEDA

Juan Ramón Martínez. Los ataques bajo seudónimos en la “red”, en los que descubro la paternidad de algunos conocidos del cercano pasado, me han impulsado para estudiar los efectos que ha tenido en el interior del Partido Liberal, la candidatura de Mauricio Villeda Bermúdez, la renuncia de Elvin Santos para postularse nuevamente; y la posibilidad que este grupo, concluya unificando al principal partido de oposición. Y ganándole las elecciones al Partido Nacional que de esta forma continuará cargando “la maldición de Callejas”, al no poder hacer dos periodos continuos.  No cabe duda que estamos cansados de la confrontación y la pelea cuchillera que se hace en la calle, en los conciliábulos partidarios o en los medios de comunicación. La mayoría quiere paz y tranquilidad para dedicarse al cumplimiento de sus objetivos personales, sin los cuales no come. Y Villeda ofrece una conducta intachable, nunca ha sido funcionario público, no es político profesional y lo más importante, no aspira ll

¿POR QUÉ NO DAMOS EL PASO?

Juan Ramón Martínez. Queremos insistir que, después de lograr el reconocimiento internacional y la reintegración en la OEA; y la creación de un clima en que Zelaya y su grupo se sometieron a la obediencia del sistema público, es necesario movernos hacia adelante. La paz y la estabilidad, no pueden servir para quedarnos viendo la cara unos con otros, sino que para darle impulso al proceso económico, para mejorar los sistemas de distribución del ingreso y para reducir drásticamente – cómo lo exigen las circunstancias – los índices de pobreza e inseguridad que estamos sufriendo.  El Presidente Lobo Sosa tiene menos de dos años para servirnos. El equipo que le fue útil en la primera fase, ya no lo es para la siguiente. Si antes fue la unidad para que nos “perdonara” la comunidad internacional, ahora la unidad debe ser para orientar la acción pública – en concertación con la acción privada – en dirección a la búsqueda de la satisfacción y el bienestar de la sociedad en general.  El que no

DIPUTADOS CONSTITUCIONALISTAS O AUTORITARIOS

Juan Ramón Martínez. Cómo habían anticipado los analistas políticos, los escenarios para la campaña presidencial se han ido aclarando. En el Partido Nacional, la actividad de sus candidatos presidenciales, en vez de fortalecer y hacer crecer el fervor nacionalistas y el apoyo de los independientes, más bien crea confusión en sus filas. En cambio, en el Partido Liberal, ocurre lo contrario. La irrupción de Yani Rosenthal, Eduardo Gaugel Rivas, Monseñor Santos y especialmente la de Mauricio Villeda, le ha dado a los liberales una fuerza que no creíamos que podría estar al alcance del más viejo partido político de Honduras . Por manera que, fuera del problema de los nacionalistas – que de alguna evitarán perder a las fuerzas independientes que son las que al final del día determinan el éxito y el fracaso en una campaña electoral—hay que decir que el tema de las candidaturas presidenciales está, parcialmente resuelto.  Pero desafortunadamente, la estabilidad del país no estará determinada

REINCIDENCIA DEL CONGRESO NACIONAL

Juan Ramón Martínez. Durante el gobierno de Carlos Roberto Reina, el manejo de los asuntos del estado, mostraba muchas dificultades. Ciertos aires populistas, hacían creer que se debía abandonar la política económica y comprometer las finanzas públicas en un dispendio sin control alguno. O en otros momentos, se tomaban decisiones que enfrentaban, de forma clara y definitiva a la voluntad popular. En estas circunstancias entonces, afortunadamente, el Congreso Nacional que no estaba al servicio del titular del Ejecutivo, ejercía su papel de contrapeso – tal como lo señala la doctrina democrática – y balanceaba las cosas. De forma que el pueblo confiaba en el sistema democrático, porque sentía que en el Congreso Nacional sus miembros defendían los intereses populares, afectados por el Ejecutivo.  Ahora, cómo lo hemos dicho en otro artículo, el Congreso está integrado por diputados que son más incondicionales del Presidente Lobo Sosa que obedientes del electorado que los votó en las elecc

¿LOS SIRVIENTES DEL EJECUTIVO?

Juan Ramón Martínez. Las últimas declaraciones del vicepresidente del Congreso don Marvin Ponce sobre el por qué el Congreso Nacional no discutió el contenido del proyecto del Ejecutivo referido a las tasas aeroportuarias, vienen a confirmar que no existe separación de poderes, que no operan los pesos y los contrapesos; y por consiguiente la democracia nuestra es electorera. De fachada y falsa. Y de acomodo caudillista, en donde los representantes del pueblo son más obedientes al titular del Ejecutivo que protectores de los intereses populares. En el sistema democrático, los diputados no aprueban a ojos cerrados lo que les envía el Ejecutivo. Todo lo contrario. Lo analizan; y solo cuando están seguros que las medidas propuestas protegen el bien común, las aprueban. Entre nosotros las cosas no operan así. La “élite” política no está bajo el control de los electores – ni siquiera de aquellos que se creen más evolucionados e incluso “revolucionarios” como son los diputados de Unificación

¿DESTRUCCIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS?

Juan Ramón Martínez. Coincido plenamente con el editorialista de La Tribuna – cosa que nos es frecuente; y que solo sirve para ratificar la pluralidad y la libertad que gozamos en este periódico – en el rechazo a lo que ha hecho el Congreso Nacional con respecto a la interpretación de una facultad constitucional, expresamente clara, de las Fuerzas Armadas en sus obligaciones de apoyar en casos de emergencia a la Policía Nacional. Además, estoy de acuerdo con el editorialista, en cuanto a que lo que se ha hecho en el Congreso es jurídicamente innecesario. Que no cabe la interpretación. Y que las cosas están muy claras: las Fuerzas Armadas intervienen, en apoyo a la Policía, en circunstancias calificadas de emergencia . De allí que sea innecesario e inconveniente lo que ha hecho el Congreso al creer que basta que ellos digan que las cosas son de tal manera, para que ello sea de la forma cómo lo desean. El aparato jurídico tiene una coherencia y una naturaleza tal, que no se puede hacer

¿TODO ESTÁ PODRIDO?

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Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_501" align="alignright" width="300" caption="Juan Orlando Hernández, Presidente del Congreso Nacional de Honduras."] [/caption] Lo ocurrido en la última sesión del Congreso , aquella en la que se aprobó un decreto de emergencia para darle energía eléctrica a algunas regiones del país, tiene mucho parecido con los problemas de la Policía. En primer lugar hay mucho de misterioso. Evidentes conflictos de intereses. Beneficios obscuros. Y clara desobediencia entre los elegidos para servir y los electores. El policía se ha creído que está por encima de la ley, que puede hacer cualquiera cosa y que nada le pasará, es similar al diputado que vota porque otra persona se lo ordena – ignoramos cómo es que funciona la trama – sin tener en cuenta la protección del interés nacional. El policía que protege sus propios intereses y que en consecuencia usa la Policía para esconder la operación de sus empresas económica

TENDENDENCIAS HACIA EL AUTORITARISMO

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Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_135" align="alignright" width="193" caption="Juan Orlando Hernández"] [/caption] La pretensión del Congreso Nacional por intervenir en todo, desde las tortillas hasta la operación de los demás poderes del estado, entraña un proyecto totalitario. Que se llevara de encuentro el modelo democrático y nos impondrá, sin ninguna duda, un gobierno autoritario en donde el poder estará concentrado en pocas manos. Y en el que la duración del período de gobierno, estará en manos de la voluntad omnímoda del gobernante personal. El comportamiento de Juan Orlando Hernández, es el típico comportamiento del hombre suave, humilde educado y competente que, sabiendo lo que quiere, avanza sigilosamente en forma inicial, para después abrirse paso, aprovechándose de las circunstancias. El proyecto autoritario tiene larga data, En el pasado reciente, fue notorio en Roberto Suazo Córdova , en Carlos Roberto Reina y en José M

¿LA UNAH? ¡NO POR SUPUESTO!

Juan Ramón Martínez. No cabe duda que es necesario y urgente hacer una reforma al sistema policial y penitenciario del país. Pero, cuidado, no podemos darnos el lujo de hacer cualquier cosa; ni mucho menos, entregarla en manos del primero que se le ocurra que es experto en el tema, sin experiencia siquiera dirigiendo una pequeña organización dedicado a la promoción de informaciones en el exterior.   En primer lugar hay que recordar que la finalidad de la reforma es el mejoramiento de la institución reformada. Buscamos algo mejor, a partir de los errores cometidos. Sin cometer el de convertir el proceso transformador en un ejercicio de disimulada venganza; ni en la oportunidad de entregar soberanía local y mucho menos facilitar la acción de grupos internacionales que viven esperando estos problemas para resolver los propios. No se puede hacer una reforma fuera de la ley; y mucho menos, buscando el logro de finalidades antidemocráticas. La Policía es una institución que debe ser respetad

LA DEMOCRACIA QUE FALTA EN EL CONGRESO

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Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_135" align="alignright" width="193" caption=""El que unos diputados nacionalistas se le hayan rebelado, de mentirillas o de verdad, a JOH es una señal esperanzadora"."] [/caption] Sin que muy pocos le presten atención al fenómeno, el Congreso Nacional ha tenido un proceso inverso. Mientras el resto de las instituciones se perfeccionaron, se modernizaron y se volvieron más democráticas, el Congreso Nacional se tornó autoritario, vertical y totalitario. En primer lugar, paso de órgano colegiado a un poder individual, similar al Ejecutivo al cual sirve; o se confronta cuando el humor de los titulares no es coincidente, como ocurriera entre Zelaya y Micheletti. Y en segundo lugar, aunque siempre fue así, ahora es más evidente: los diputados no los eligen los electores sino que los dueños de los movimientos, facciones o “pandillas” en que se han subdividido los partidos políticos. Por lo que el Co