“ENREDÁNDOSE EN LA ESPUELA”

 Juan Ramón Martínez

En el lenguaje de los “galleros”, cuando el gallo vencido, empieza a moverse errático, se dice, “está enredado en su propia espuela”. Frase que tiene aplicación en la crisis que vive el gobierno de Mel Zelaya y Xiomara Castro, que va de torpeza en torpeza, para terminar, enredándose en sus propios pies. Y parece caerse. O anunciar su bandazo final. Hay algunos gobiernos que se caen por las acciones hostiles de sus enemigos o adversarios; o, por sus errores, en que van de una tontería a otra, de una mentira a otra; y al final,  se caen solos, por la acumulación ingrata de torpezas. O, sorpresa, se recuperan, saliéndose con la suya. Todo es posible.

Lo peor que le ocurre a un gobernante es mentir; y que la opinión pública, y los opositores, lo descubran. Es lo que ha ocurrido. El tono “anti imperialista” – notorio en declaraciones de Mel Zelaya, Rixi Moncada y Xiomara Castro– pareció inicialmente fruto de la conducta del sometido, llamando la atención al dominador, para que le diera permisos; o, le entregara, confites olorosos. Ahora, nos enteramos que es un esfuerzo para llamar la atención de los Estados Unidos, a negociar una salida por la implicación del hermano y el sobrino de Mel, en asuntos relacionados con el narcotráfico. Lo sabíamos. Era un asunto antiguo. De hace más de trece años. Y que la reacción de Xiomara Castro – en una extralimitación que la ley confirmará pronto– al querer derogar el Tratado de Extradición de los Estados Unidos con Honduras, no es para recuperar el ejercicio soberano, sino simple expediente para proteger a los suyos, porque consideran que, sería catastrófico –cómo en efecto lo será – una extradición de sus parientes; e, incluso su propio marido y asesor principal; y el juzgamiento por un tribunal del Sur de Nueva York, para hacerle compañía al ex gobernante nacionalista, “enemigo” al que le han atribuido todas las deshonras imaginables.

Pero cuidado. No todo lo hecho por el régimen es equivocado. Han seguido con el guión, en que el objetivo central es, sin duda, el control de las Fuerzas Armadas. Su último bastión. El jueves pasado, se efectuó una reunión en el Estado Mayor en el Obelisco. Se reunió la cúpula, los jefes de fuerza, los comandantes de brigada y los jefes de batallón. Fue notoria la preocupación; pero no hay, hasta donde ha trascendido, una línea de rechazo a la cúpula que dirige Roosevelt Hernández. Parece que el trabajo de la inteligencia cubana y venezolana es, muy bueno. Y la Cátedra Morazánica, ha convencido a los oficiales que Francisco Morazán era “anti-imperialista y revolucionario”. No liberal, cómo enseñaban antes. Y que ellos, tienen que seguir su ejemplo, mostrándose anti-gringos. Pero no se pudo disimular la inquietud que, hasta este momento, no tiene un liderazgo definitivo; pero que, si la arbitrariedad y la dureza de Rixi Moncada se extralimita, puede consolidar una “cabeza” en contra y quitarle al régimen, la única fuerza que los sostiene: las Fuerzas Armadas. Y ésto, sería el fin del régimen “zelayista”. Una catástrofe.

Por otro lado, no hay que creer que el nombramiento de Moncada como Ministro de Defensa, significa su retiro como candidata presidencial. Puede ir a las internas, ostentando el cargo. Porque para el PLR, son importantes las elecciones, en vista que urge un barniz de legalidad – como Venezuela – para legitimar su mandato. Por ello, no hay que creer que se suspenderán las elecciones; o, se convocará una Constituyente. Habrá elecciones generales en noviembre del 2025; y, aunque las pierdan, si controlan el CNE, en el recuento de los votos, obtendrán un resultado legitimador. Especialmente si el PN, contribuye con ilegalidades que pueden permitir suspender su consejera; y darle al PLR, el control total del CNE.

En fin, aunque el régimen, está herido, como el “gallo viejo” de nuestro cuento, por su experiencia y manejo del recurso público, “con el ala mata”. Puede con el apoyo de Asfura y Carlos Flores, dominar el proceso; y, ganar las elecciones. Por lo que la lucha es clara: las fuerzas democráticas, concluidas las internas, tienen que forjar una alianza para asegurar la gobernabilidad. Estados Unidos, mientras tanto, usará el arma de la extradición. Y no sólo llevarse al hermano y al sobrino, sino que Mel que puede ser capturado y presentado a los tribunales neoyorquinos. Esta posibilidad, extrema, no es descartable, nunca.