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Mostrando las entradas etiquetadas como Policía

ENTRE LA INJUSTICIA, LA MALDAD Y EL ERROR

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Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_617" align="alignright" width="253" caption="de profundis / the depths of sorrow In sadness, silence and solitude : mourning women, cemetary of Mechelen, Belgium"] [/caption] Asesinar a Gustavo Alfredo Landaverde, además de un crimen deleznable, es un error por parte de quienes ordenaron su ejecución. En términos mediáticos, han recibido el rechazo generalizado de la población. No han provocado el pánico que habían esperado de parte de los críticos de la policía que, antes que amedrentarse, mas bien han apresurado el paso, convencidos que esa muerte injusta es una prueba que están tocando nervio y afectando a los responsables por la colocación de la institución al servicio de la ilegalidad. En vez de frenar la intervención externa, ésta ha tomado fuerza desde que se cometiera este crimen en contra de un hombre solitario e indefenso, que no hacía más que velar porque la Policía no siguiera precipitándos

¿DESTRUCCIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS?

Juan Ramón Martínez. Coincido plenamente con el editorialista de La Tribuna – cosa que nos es frecuente; y que solo sirve para ratificar la pluralidad y la libertad que gozamos en este periódico – en el rechazo a lo que ha hecho el Congreso Nacional con respecto a la interpretación de una facultad constitucional, expresamente clara, de las Fuerzas Armadas en sus obligaciones de apoyar en casos de emergencia a la Policía Nacional. Además, estoy de acuerdo con el editorialista, en cuanto a que lo que se ha hecho en el Congreso es jurídicamente innecesario. Que no cabe la interpretación. Y que las cosas están muy claras: las Fuerzas Armadas intervienen, en apoyo a la Policía, en circunstancias calificadas de emergencia . De allí que sea innecesario e inconveniente lo que ha hecho el Congreso al creer que basta que ellos digan que las cosas son de tal manera, para que ello sea de la forma cómo lo desean. El aparato jurídico tiene una coherencia y una naturaleza tal, que no se puede hacer

TÍMIDO INICIO DE LA TRANSFORMACIÓN POLICIAL

Juan Ramón Martínez. Nos parecen balbuceantes las primeras señales de transformación de la Policía. Nos han entregado a los ciudadanos, una lista de personas – la mayoría desconocidas y de las cuales se ignoran sus fallas, faltas o delitos – mientras se guardan bajo la manga los nombres de los cuadros responsables del desastre de la Policía. Especialmente a los referidos a la existencia de verdaderas pandillas que operan en su interior, bajo el mando de altos oficiales. Y responsables de muchos crímenes sin investigar todavía. Por lo que esperamos que quienes trabájan en la “intervención” de la Policía, no crean que nos han provocado satisfacción suficiente como para calmar el reclamo general de la transformación total de la institución policial. De forma que sin votar el canasto, tiren fuera – no a la calle sino que los tribunales de justicia – a quienes le han fallado a la institución, deshonrado al gobierno de la República y ofendido gravemente al pueblo hondureño. En la Policía hay

¿TODO ESTÁ PODRIDO?

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Juan Ramón Martínez. [caption id="attachment_501" align="alignright" width="300" caption="Juan Orlando Hernández, Presidente del Congreso Nacional de Honduras."] [/caption] Lo ocurrido en la última sesión del Congreso , aquella en la que se aprobó un decreto de emergencia para darle energía eléctrica a algunas regiones del país, tiene mucho parecido con los problemas de la Policía. En primer lugar hay mucho de misterioso. Evidentes conflictos de intereses. Beneficios obscuros. Y clara desobediencia entre los elegidos para servir y los electores. El policía se ha creído que está por encima de la ley, que puede hacer cualquiera cosa y que nada le pasará, es similar al diputado que vota porque otra persona se lo ordena – ignoramos cómo es que funciona la trama – sin tener en cuenta la protección del interés nacional. El policía que protege sus propios intereses y que en consecuencia usa la Policía para esconder la operación de sus empresas económica

¿LA UNAH? ¡NO POR SUPUESTO!

Juan Ramón Martínez. No cabe duda que es necesario y urgente hacer una reforma al sistema policial y penitenciario del país. Pero, cuidado, no podemos darnos el lujo de hacer cualquier cosa; ni mucho menos, entregarla en manos del primero que se le ocurra que es experto en el tema, sin experiencia siquiera dirigiendo una pequeña organización dedicado a la promoción de informaciones en el exterior.   En primer lugar hay que recordar que la finalidad de la reforma es el mejoramiento de la institución reformada. Buscamos algo mejor, a partir de los errores cometidos. Sin cometer el de convertir el proceso transformador en un ejercicio de disimulada venganza; ni en la oportunidad de entregar soberanía local y mucho menos facilitar la acción de grupos internacionales que viven esperando estos problemas para resolver los propios. No se puede hacer una reforma fuera de la ley; y mucho menos, buscando el logro de finalidades antidemocráticas. La Policía es una institución que debe ser respetad

¡HAY QUE INTERVENIR TAMBIÉN AL GOBIERNO!

Juan Ramón Martínez. El Estado hondureño se ha descarriado, casi totalmente. No solo es la Policía la que se ha rebelado en contra de la ciudadanía; y creado obstáculos para que el sistema de seguridad opere al servicio de la sociedad. En la práctica el gobierno, en general, ha renunciado a los valores que le dieron origen. Y, en vez de ser un medio para que la ciudadanía pueda vivir tranquila y segura, se ha transformado en un fin por el cual disputan minorías irresponsables, ausentes de liderazgo público, que mas bein se enriquecen a su costado, favoreciendo intereses frecuentemente contrapuestos con los objetivos nacionales. Lo ocurrido con la Policía fue muy obvio. Desde hace varios años había venido matando jóvenes. A los hijos de papá, como reclamaban algunos campesinos reclutados rápidamente y empistolados, cuando imponían sanciones no para ordenar el tránsito, sino que para ejercer sus venganzas retenidas; y para lograr las cuotas de multas establecidas. Hasta ahora, siempre ha

LAS MADRES SOLAS

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Juan Ramón Martínez. Tiene razón Mateo Molina. No debemos dejar solas a las madres que han sufrido los embates de la Policía, que les ha matado a sus vástagos. Creyendo que es una cuestión personal. Ó, simplemente, una desgracia inevitable, escrita desde el principio del tiempo, ante la cual nada se puede hacer. Una fórmula de conformidad y de criminal celebración, aceptando que les haya tocado a ellas; y que no hayan sido nuestros hijos los que se hayan encontrado con el salvajismo policial, no es aceptable para esta sociedad. Hace falta mas bien, un sentimiento cristiano y fraterno con estas madres pobres, desconocidas, sin acceso a los medios de comunicación cuyos hijos cayeron bajo las balas de estos ex compatriotas que nunca han creído en el respeto de la vida de los demás. [caption id="attachment_437" align="alignright" width="300" caption=""Mourning Mother""] [/caption] Algunas madres se han puesto de pie. Levantado la voz y exig

IRRESPONSABLE ACTITUD POLICIAL

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Juan Ramon Martínez. Que la policía está podrida, infectada de conductas y comportamientos contradictorios con sus objetivos, todos los sabíamos. Incluso el ex ministro Álvarez que usa esta información para seguir manipulando inocentes, tanto dentro como fuera de la PolicÍa, para sus finalidades políticas y para el logro e sus mezquinos objetivos personales. Lo que no conocíamos era la forma como la institución – y especialmente sus miembros menos alertados de sus obligaciones de respetar la ley – por medio de sus voceros engañaban a la ciudadanía, construyendo hipótesis e inventando criminales. Disimulando el hecho que éstos estaban en casa, gozando a cambio de alguna forma de respeto de la ciudadanía. Y ayudándoles para que se fuguen cuando se les descubre como ha ocurrido. [caption id="attachment_416" align="alignleft" width="225" caption=""365 day twenty: come on up to the house""] [/caption] Ahora, descubierto los responsables -- y

LA LÓGICA DE LOS CRÍMENES DE S.P.S.

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Juan Ramón Martínez. Las matanzas de aeropuerto Villeda Morales y del Presidio de San Pedro Sula, son el fruto de la coincidencia del crecimiento de una consciencia criminal que menosprecia al otro, que rechaza la vida como un don de Dios, que irrespeta la ley; y que no acepta que entre los miembros de la colectividad hondureña exigen obligadas expresiones de fraternidad y solidaridad que debemos preservar y desarrollar. Respaldadas por un sistema público que renuncia al monopolio de la fuerza legítima, que autoriza a los particulares a portar armas, que tiene muy poca información para prever actos terribles como los que comentamos y que más bien, mantiene, preserva y opera un sistema carcelario que no solo es un premio para los delincuentes de origen más humilde, sino que además la base y la escuela para la operación de un sistema organizado que no solo corrompe a la Policía sino que además la vuelve cómplice en la planificación y ejecución de los peores crímenes, incluso los que veni

LOS RETOS DE UNA NUEVA POLÍTICA DE SEGURIDAD

Juan Ramon Martínez. Óscar Álvarez hizo mucho daño a la política de seguridad del país. Volvió su perspectiva tan personal y hermética, que dejó fuera a los actores policiales, dividió a las instituciones en seguidores suyos y adversarios; y eliminó la intervensión de la sociedad en un asunto que más de la policía o del gobierno, es y debe ser su principal preocupación. Y al querer convertir a la Policía en una suerte de Fuerzas Armadas sustitutas, creó un clima interno sin las salidas correspondientes que ha generado entre otras cosas, inseguridad en los oficiales policiales que no le ven seguridad a su futuro; ni mucho menos reconocimiento y tranquilidad suficiente para vivirlo en forma decente. En otras palabras, el problema que tiene que enfrentar Pompeyo Bonilla es de dimensiones gigantescas. No solo hay incoherencia interna, desacuerdos y desconfianzas evidentes, sino que además, una evidente desarticulación con la sociedad que no confía en la Policía, especialmente porque así co