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Mostrando las entradas etiquetadas como Oswaldo López Arellano

CÓMO CAYÓ ÁLVAREZ MARTÍNEZ

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 La trama que derrocó al general Álvarez, tejida por oficiales reformistas Jesús Ceberio (*) ENVIADO ESPECIAL, El general Walter López, que ayer juró ante el Congreso su cargo como nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y el coronel Roberto Martínez, principales beneficiarios de la crisis militar hondureña, fueron conspiradores de última hora. Los primeros conjurados, que durante tres meses tejieron una trama sigilosa para derrocar al general Gustavo Álvarez eran otros: un núcleo reducido de tenientes coroneles y mayores, pertenecientes todos a la sexta y séptima promoción de la Escuela de la Guerra. Se habla, con razón, de un movimiento de oficiales jóvenes porque ninguno ha cumplido los 40 años. Al margen de su coincidencia generacional, dos rasgos identifican a los conspiradores: su apoyo decidido al programa reformista que hace una década intentó el Gobierno militar de Osvaldo López Arellano y su propósito de profesionalizar las fuerzas armadas, poniendo fin a la cor...

LÓPEZ ARELLANO, ELUSIVO PERSONAJE, BAJO LA ÓPTICA DE MARIO ARGUETA

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 Juan Ramón Martínez Oswaldo López Arellano (OLA) es junto a José María Medina y Tiburcio Carías Andino, uno de los tres políticos hondureños más influyentes de la vida política en toda la historia republicana.  Medina, domina el escenario político, en la segunda gran crisis partidaria que sufre el país, a mediados del siglo XIX; Carías Andino, controla la vida política por cerca de veinte años seguidos en el siglo XX. En cambio, López Arellano es la figura más relevante que, desde la institucionalización militar, domina la vida política partidaria, erigiéndose en pivote de la actividad política, y monopoliza la violencia permitida, en un periodo que va desde 1963 hasta 1975. Medina y Carías Andino, enfrentaron las crisis desde sus tiempos; y, desde posturas militares intervinieron en las diferencias partidarias, López Arellano lo hace en nombre de una institución pública, colocada por encima de los partidos; y, bajo un discurso nacionalista en el que, al tiempo que predica la...

ACTIVIDAD EN EL PARTIDO NACIONAL

Juan Ramón Martínez. Los nacionalistas no han tenido fama de deliberantes. Contrario a los liberales, sus hermanos de sangre y de ideales, son amigos de la obediencia a los jefes, de la verticalidad de los mandos y de la sumisión permanente a los mandos supremos. Carías Andino, Zúñiga Agustinus e incluso Oswaldo López Arellano ante el cual los nacionalistas se arrimaron cuando dejaron de ver un caudillo en el horizonte, eran hombres suaves, de poco hablar que cuando decidían algo sabían – y pocas veces se equivocaron – que sus adherentes les acompañarían, silenciosos pero firmes, hasta el final de la lucha. Pero una vez que López Arellano los hizo a un lado, los nacionalistas entraron en el desconcierto. Dejaron de reconocer el liderazgo de Zúñiga Agustinus y se entregaron a la anarquía liberal, rechazando a Callejas y dividiendo sus votos entre Juan Pablo Urrutia y Fernando Lardizábal. La división era irreal; pero lo que valía era el gesto de desobediencia que poco tenía que ve...