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RESCATE DEL CONGRESO Juan Ramón Martínez La joven politóloga guatemalteca, Gloria Álvarez, que pronunciara el más interesante discurso en el encuentro de la juventud parlamentaria del mundo hispano, nos ha dado importantes lecciones que vale la pena considerar. La primera de ellas, tiene que ver con la debilidad del sistema de representación democrática, en donde los diputados, en vez de tutelar, proteger y defender los intereses de sus representados, más se dedican con gozosa desmesura, a defender los intereses de sus patrocinadores financieros, congratular a quienes les financiaron la campaña; y a ponerse de rodillas, ante quien los hizo personalidades con méritos artificiales para llegar al Congreso Nacional, al Poder Ejecutivo y a los Tribunales de la República. Esta crisis de la no representación en que el elegido o nombrado cree que no tiene obligaciones morales con sus electores, es lo que más debilita al sistema democrático electoral. Ante lo cual, debemos hacer esfue

LA PROLIFERACIÓN DE CANDIDATOS

Juan Ramón Martínez. La figura de Zelaya ha generado dos resultados. El primero de ellos es la enorme cantidad de chistes que circulan, en los que se trata de mostrar su falta de inteligencia y su habilidad para responder. El asunto es tal que al final, me he fatigado. E incluso incomodado porque me parece que es injusto que se trate a un ser humano en la forma que se hace con Zelaya, tan solo porque intelectualmente se le considera tan limitado. El segundo resultado es que esta banalización de Zelaya, supone un menosprecio de la Presidencia de la República y una infravaloración de la soberanía popular . Porque hace creer que cualquiera, por más tonto que sea, puede – con habilidad y aprovechando oportunamente las circunstancias, cosa que no lo hace talentoso e inteligente a quien logra posiciones – aspirar a ser candidato presidencial. Y por ello titular del Poder Ejecutivo. El efecto de estas dos consideraciones, respaldadas por la creencia que para ser Presidente no se requiere sab

¿LA UNAH? ¡NO POR SUPUESTO!

Juan Ramón Martínez. No cabe duda que es necesario y urgente hacer una reforma al sistema policial y penitenciario del país. Pero, cuidado, no podemos darnos el lujo de hacer cualquier cosa; ni mucho menos, entregarla en manos del primero que se le ocurra que es experto en el tema, sin experiencia siquiera dirigiendo una pequeña organización dedicado a la promoción de informaciones en el exterior.   En primer lugar hay que recordar que la finalidad de la reforma es el mejoramiento de la institución reformada. Buscamos algo mejor, a partir de los errores cometidos. Sin cometer el de convertir el proceso transformador en un ejercicio de disimulada venganza; ni en la oportunidad de entregar soberanía local y mucho menos facilitar la acción de grupos internacionales que viven esperando estos problemas para resolver los propios. No se puede hacer una reforma fuera de la ley; y mucho menos, buscando el logro de finalidades antidemocráticas. La Policía es una institución que debe ser respetad