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PLANIFICACIÓN Y PARTICIPACIÓN DESDE ABAJO

Juan Ramón Martínez. Para desarrollarnos tenemos que abandonar algunas ideas equivocadas. Es necesario dejar de creer que el gobierno es el que genera la riqueza nacional y que en consecuencia, es un padre amoroso que distribuye las migajas entre los pobres a cambio que estos le paguen con los votos que necesita para mantener a la misma burocracia en el poder . También es indispensable no seguir creyendo que los hondureños no somos importantes, que no valemos nada; y que en consecuencia, no tenemos nada que decir sobre qué hacer, a donde ir y cómo movernos, porque esta es tarea de los extranjeros, tanto de los perdidos caminantes que han perdido el rumbo, como de los expertos internacionales que nos visitan con maletas cargadas de ilusiones y pobrezas. Pero es fundamental y necesario renunciar a la creencia que es el gobierno, un pequeño grupo de políticos profesionales, mentirosos y afables según el caso, los que deben determinar cómo enfrentar los problemas, establecer el orden de pr

¡HAY QUE INTERVENIR TAMBIÉN AL GOBIERNO!

Juan Ramón Martínez. El Estado hondureño se ha descarriado, casi totalmente. No solo es la Policía la que se ha rebelado en contra de la ciudadanía; y creado obstáculos para que el sistema de seguridad opere al servicio de la sociedad. En la práctica el gobierno, en general, ha renunciado a los valores que le dieron origen. Y, en vez de ser un medio para que la ciudadanía pueda vivir tranquila y segura, se ha transformado en un fin por el cual disputan minorías irresponsables, ausentes de liderazgo público, que mas bein se enriquecen a su costado, favoreciendo intereses frecuentemente contrapuestos con los objetivos nacionales. Lo ocurrido con la Policía fue muy obvio. Desde hace varios años había venido matando jóvenes. A los hijos de papá, como reclamaban algunos campesinos reclutados rápidamente y empistolados, cuando imponían sanciones no para ordenar el tránsito, sino que para ejercer sus venganzas retenidas; y para lograr las cuotas de multas establecidas. Hasta ahora, siempre ha