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LA PRESIDENTE CASTRO NO TIENE COMPETENCIA PARA DEROGAR EL TRATADO DE EXTRADICIÓN

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 Juan Ramón Martínez La titular del Ejecutivo hondureño, no tiene competencia para derogar ningún tratado que, por mecanismos internos legítimos, es parte del derecho interno. Puede denunciar; pero la denuncia no significa modificar, alterar o suprimir la vigencia de una norma legal, establecida por el Congreso Nacional que es el único que tiene competencia para “crear, decretar, interpretar, reformar y derogar las leyes” (Artículo 205 Constitucional, numeral 1). La expresión de voluntad por el ejecutivo, es sólo eso, una voluntad que, puede si se siguen las normas, concluir en la derogación del tratado. Pero en este caso, de conformidad a la voluntad del Congreso Nacional, sólo pueden formar que, para los efectos de la ley, son solamente manifestación de sus sentimientos personales, pero nunca voluntad del Estado Hondureño, en lo que se refiere a la violencia de los tratados que son ley de la República de Honduras. Por ejemplo, el ejecutivo, en ningún momento, tiene competencia pa...

GENERAL, INCOHERENTE

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 Juan Ramón Martínez Al General Hernández, lo agarraron “fuera de base”. Por ello, sus explicaciones son incoherentes, ilógicas. Superadas por el disgusto de Xiomara Castro, que ha perdido, --en un momento--, el control de sus nervios. La primera inconsistencia, es el porqué se tardó Relaciones Públicas en informar del “concurso de los cadetes”. Dos semanas, es mucho. La segunda, es porque la reunión con Padrino López, tuvo carácter secreto. Las fotografías, fueron filtradas por enemigos del régimen venezolano; o por adversarios, de la cúpula militar hondureña, con el fin de hacerla quedar mal. Volver secreto, algo sin importancia, no tiene otra explicación, que lo negociado, es negativo; y, que, los hondureños no deben conocer. Y si ahora, le agregamos, el disgusto de Xiomara Castro –madre y esposa de potenciales extraditados— confirma que lo tratado con Padrino López, tiene unas dimensiones que explican que la reunión en Caracas fue algo importante para la forja de una alianza en...

Wenceslao me dejó nocaut

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 Fernando Sorrentino Lo he dicho, y escrito, más de cuatro veces: soy un lector aborreciblemente frívolo: en la literatura sólo busco placer. Allá por mi adolescencia no pensaba así y, debido a engañosa ética originada en mis deseos de aprender, me sentía obligado, una vez comenzada la lectura, a recorrer hasta la última palabra de un libro, no diré “objetivamente malo”, pero sí “subjetivamente insoportable”. Conducido por tan absurdo principio, arribé, con la lengua afuera, las rodillas flojas y los pulmones acezosos, a la página final de novelas tan enemigas de mis gustos como Las afinidades electivas de Goethe y Salambó de Flaubert. Y no fueron las únicas. Alrededor de mis veinte años me curé de esa demencia, no senil, sino juvenil, y, desde entonces, abandono de inmediato la lectura de todo libro agresivo, sin importarme las loas o los laureles dispensados a sus autores. No creo ser el único, aunque no dejan de alarmarme personas que, según creo, simulan disfrutar de obras evid...

HOY QUIERO CONTAR UN CUENTO (*)

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 Sixmenia Raudales Yuno y May fueron comprados en una tienda de segunda en el barrio Guamilito de San Pedro Sula. Eran un par de zapatos tenis sin una marca definida; eran de color amarillo, con cintones transversales grises, costurados entre la suela y el empeine, con ojales en color grisáceo y la lengüeta blanca revestida con telilla perforada en color beige al igual que el interior del zapato. Estos personajes de manera insospechada y extasiados por la prisa en busca de hogar, ahora tenían un nuevo dueño llamado Beto. Presurosos por entrar en la bolsa, desconocían que estaban por comenzar una travesía por mucho insospechada, en ella cuatro. No tardaron mucho en conocer su nueva casa: un maltrecho estante de madera, sostenido por un mueble de pino carcomido, todo en una obscura habitación de cuartería que, en alguna calle del Guamilito, brindó albergue a Beto, el buen vecino que escogió a este par de acompañantes que de día cobran vida y por las noches eran tan fieles centinelas ...

Descripciones de Minas en cerro Santa Lucía. 1580. Tegucigalpa

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 Juan Manuel Aguilar Flores El 30 de marzo 1580, el Gobernador de la Provincia de Honduras Alonso Contreras de Guevara envió al Rey, un informe de los hallazgos mineros: “ … que de un año a esta parte se han descubierto a dos leguas del pueblo de Tegucigalpa, y doce leguas de Comayagua en la provincia de Honduras…puede haber quince meses Cesárea Majestad, que habiendo dado noticias un indio a Gaspar Santiponce, vecino de la ciudad de Valladolid de Comayagua. Estas minas que ahora se llama de Tegucigalpa están dos leguas de este dicho poblado y de otro que se llama Comayagua, de ciertas minas…mostrándole un poco de metal con bocados" . Se entiende por bocado, acción de mostrar dureza de un pedazo de metal mordiéndolo. Continua el informe: “ Tiene mucha altura, vamos subiendo hasta llegar al dicho cerro de Santa Luzia, el cual es muy alto e va tendido en muy grandes distancias,…se puede andar por él a caballo desde las primeras minas, hasta la postrera. Corre destehueste hacia la ca...

UN RECONOCIMIENTO TARDÍO

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 Óscar Aníbal Puerto Posas Rafael Heliodoro Valle Rafael Heliodoro Valle, es uno de los mayores prestigiosos intelectuales de nuestro país. Poeta, escritor de altos vuelos, historiador, el primer hondureño en obtener el título universitario por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Donde defendió la tesis: “Cristóbal de Olid, conquistador de México y Honduras”. Periodista -sobre todo- su plana cobró la atención de miles de lectores en “Nuestra América de sangre cálida”. Entrecomillo la frase que le pertenece al inmenso polígrafo nacido en Tegucigalpa, el 3 de julio de 1891. Como humano cometió errores. Rubén Darío, en un artículo suyo poco conocido, con un título enigmático: “Él” -publicado en la revista “Marcha”, de Montevideo, Uruguay, decía, corría el año de 1888 -el autor de “Azul”, vivía en Chile; que para descubrir manchas en José Artillas (ahora el lector entiende quien era “Él”), se necesitaba un telescopio. Porque las manchas eran pequeñas al punto de ser invi...

GOTAS DEL SABER (118)

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 Juan Ramón Martínez Palacio de los Capitanes Generales, Antigua Guatemala I En 1821, los acontecimientos que ocurrieron durante ese año, en México, tuvieron muy nerviosas a las élites guatemaltecas. Cuando se conoció el pronunciamiento de Tehuantepec y Oaxaca en favor del Plan de Iguala, se percataron que los acontecimientos los podían dejar atrás. El 13 de septiembre Gaínza, capitán General “había exigido que los jefes militares bajo su mando, renovasen su juramento de fidelidad al rey” y de “conformidad con la excitación que hizo a la Diputación Provincial, convocó a todas las autoridades y funcionarios públicos de la capital para que, reunidos en junta, dictasen una medida definitiva sobre el grande asunto que tanto agitaba a los espíritus”. La noche que precedió (14 de septiembre de 1821) al memorable 15 de septiembre, don Mariano Aycinena, el doctor (Pedro) Molina y otros corifeos del partido “caco”,--apodo creado por sus adversarios los conservadores o gases, por bolos-- der...