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VERGÜENZA E INDIGNACION

Juan Ramón Martínez. Estamos, como la mayoría de los hondureños, avergonzados por lo que ha ocurrido en Comayagua – que perfectamente pudo haberse evitado – y apenados por la escasa calidad y falta de profesionalidad de los funcionarios penitenciarios que tenemos y su incompetencia para aplicar protocolos ad hoc, en situaciones irregulares como las que se produjeron en la granja penal de aquella ciudad. Sin embargo, no estamos sorprendidos por los hechos dolorosos allí ocurridos. Estos problemas se vienen anticipando, desde que el gobierno de Ricardo Maduro, en forma irresponsable – animado por motivaciones políticas evidentemente – modifico el Código Penal; y llevándose de encuentro las garantías del mismo, convirtió en delito comportamientos que, en vez de darles un tratamiento diferente, condenó a la cárcel a los jóvenes involucrados en pandilla en forma general . De esta forma, en la administración de Maduro, sobre cuyas espaldas corre la responsabilidad por lo ocurrido en los inc

NO APUESTO POR EL FRACASO

Juan Ramón Martínez. No formo parte de los que esperan con ansias, el colapso final de Honduras. No porque no aman a su país, sino que para echarle la culpa a los partidos políticos, a las elites empresariales, a los gobiernos; y por supuesto a la burguesía rural o urbana. O para implorar la ayuda internacional, aprovechar las migajas que se caen de las mesas de los epulones que manejan las cosas en el país y hacer algunos negocios; o para encontrar datos estadísticos con la cual construir las escaleras de sacrificio, por donde se desliza el país hacia las desgracias. Más bien, fui formado para tener esperanza, para creer que el futuro sería mejor y para confiar en el desarrollo de una conciencia política en que la participación ciudadana dejara de ser un simple mecanismo destinado a la manipulación. De forma que la crítica que he hecho en estos años y las declaraciones dadas a los medios de comunicación, no han tenido la finalidad de anunciar el fin el mundo, sino que para llamar la a

GARZÓN ENTRE LA POPULARIDAD Y LOS PRINCIPIOS

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Juan Ramón Martínez. [caption id="" align="alignright" width="335" caption="Baltazar Garzón visita Centro Clandestino de Detención ESMA. Buenos Aires. Argentina. 1 de agosto de 2005."] [/caption] En cuanto al ejercicio mediático, me declaro seguidor del juez Garzón de España, condenado por el Tribunal Supremo a once años de inhabilitación. Con lo que prácticamente, de acuerdo con la edad del indiciado, dan por concluida su carrera de servicio judicial. Garzón ha sido acusado de escuchar las comunicaciones entre los investigados y sus abogados, vulnerando – de conformidad con la acusación particular-- las bases de la legítima defensa, asunto con el cual ha coincidido el Tribunal Supremo, uno de los sagrados derechos sobre el que se asienta la seguridad jurídica de las personas. Garzón , es el más mediático y conocido de los jueces del mundo. Mientras la totalidad de sus colegas se muestran distantes, fuera de la relaciones públicas, para que sus

LAS QUEJAS DEL PRESIDENTE

Juan Ramón Martínez. No hay semana que el Presidente Lobo Sosa no se queje de sus ministros. Los acusa de engañarle, de desobedecerle, de meterle goles al primer parpadeo suyo, de no participar con seriedad en las discusiones de los asuntos importantes, por estar hablando por teléfono o conversando en las sesiones del llamado impropiamente Consejo de Ministros. Y lo más grave, de no ejecutar las tareas que les ha confiado. El que hayan vuelto un verdadero “reality show” las sesiones de los Secretarios de Estado, no ha mejorado las cosas. Los integrantes no se sienten, como debería ser, observados por la opinión pública. Y en vez de asumir los regaños presidenciales con la seriedad que corresponde, mas bien establecen la primicia de que quien los va a salvar es el público, algún líder importante cercano al Presidente Lobo ; o la probada falta de decisión de este para aplicar las medidas que aunque las anuncia, saben que no cumplirá en ningún momento. Es fácil concluir que esta situació

PURO RETROCESO

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Juan Ramón Martínez. [caption id="" align="alignright" width="294" caption="Immanuel Kant"] [/caption] No es fácil acceder al conocimiento de la realidad en la que estamos inmersos. Ésta no solo es compleja y poliédrica, es decir que tiene diferentes y múltiples caras, sino que además enfrentamos su conocimiento con recursos limitados, tanto por nuestra propia incompetencia, como por la sumisión a algunos métodos y procedimientos que nos han entregado los grandes pensadores del pasado. La idea de Kant que la fuente del conocimiento es el fruto de las sensaciones que resultan de la proximidad a los hechos objetivos, medibles y valorables como experiencias de carácter individual, poco a poco ha ido resultando insuficiente. Walter Benjamín, fallecido en 1940 en la frontera entre Francia y España mientras huía del totalitarismo que anunciaba la Segunda Guerra Mundial, descubrió que no solo la proximidad de los hechos materiales objetivos nos permite

¿CUÁNTO VALE UN DIPUTADO?

Juan Ramón Martínez. Es muy fácil penetrar la campaña electoral de los candidatos a diputados. Y mucho más la de los que aspiran a dirigir las Alcaldías municipales. Por varias razones: 1) lo costosas que se vuelven, tanto por la publicidad como por la costumbre que el aspirante regale cosas a los electores potenciales, casi en una verdadera compraventa de voluntades; 2) porque ninguna de ellas tiene control suficiente como para identificar a los “donantes” de forma que la actividad para llegar al cargo, tenga un carácter permanente; y 3) porque los aspirantes al reelegirse o lograr uno de los cargos mencionados, carecen de un formación tal que tengan miedo a fallarle a los electores, a quienes no se les dispensa enorme respeto y consideración. A estas tres razones hay que agregar que la sociedad en general se ha vuelto laxa con respecto al éxito económico logrado por los demás – incluidos los candidatos y los diputados y los alcaldes que buscan reelegirse – de forma que, en vez de pre

POR FIN, ¡HEMOS ARRANCADO!

Juan Ramón Martínez. No niego que estoy contento que, por fin, haya arrancado el proceso para poner en práctica el Plan de Nación. Con dos años de explicable retraso, el Presidente Lobo Sosa ha dado el banderillazo inicial, para que usando diferentes metodologías, se realicen las acciones pertinentes para lograr las metas del Plan de Nación, que una vez alcanzadas, nos permitirán sacar a Honduras del atraso, para encaminarla por la ruta del desarrollo. Por supuesto, para el logro de estas metas, la sociedad, la ciudadanía y el gobierno, tendrán que pasar por encima de todos los obstáculos que durante 190 años, han impedido el crecimiento económico del país y la justicia social y el bienestar de todos los hondureños.  Uno de los obstáculos principales que han frenado el crecimiento económico del país, ha sido la creencia – generalizada últimamente por la prédica populista – que el gobierno es quien determina el futuro, colocando por consiguiente a la ciudadanía y a sus organizaciones re