BUEN ARRANQUE DE CAMPAÑA


Juan Ramón Martínez.

Me ha causado, como a muchos otros observadores, agradable impresión el acto de masas montado por Yani Rosenthal en San Pedro Sula. Esta ciudad, de fuerte raigambre liberal, ha sido muy afectada por la división que produjeron los actos lamentables de junio del 2009. En razón de lo cual, es difícil la integración de movimientos y, desde luego el lanzamiento de campañas afortunadas, destinadas a resolver el más importante objetivo de los liberales: la unidad. Pues bien, el hecho que Rosenthal haya logrado una participación más allá de lo esperado, que concite el entusiasmo que observamos entre las masas; y que la clase media liberal, muy obvia en la concentración de Yani Rosenthal el domingo recién pasado, se haya mostrado muy bien representada, crea halagüeñas expectativas en el futuro de este joven dirigente liberal.

Yani Rosenthal forma parte de las nuevas generaciones liberales, que cuentan con una mayor consciencia de lo que ocurre en el entorno mundial, con conocimiento de la operación de los modelos económicos y con fuerte entusiasmo por el cambio social y la transformación. En pocas palabras, es parte de la moderada izquierda liberal que, alejada de los excesos de los que creen que el liberalismo no sirve para nada; y hay que sustituirlo por el Socialismo del Siglo XXI, reconoce que el país está estancado, que hay que hacer reformas y que se tienen que producir nuevas estrategias de desarrollo nacional. Rosenthal representa a un joven liberalismo, emparentado lejanamente con el liberalismo social de Villeda Morales, heredero de la izquierda democrática de los empresarios de San Pedro Sula y amigable con las urgencias y planteamientos de las nuevas hornadas liberales que creen en la urgencia de la modernización del sistema político y en el aumento de la participación de la población electoral en el funcionamiento del gobierno. Es decir que aunque no lo repitan, estamos posiblemente ante una de las primeras manifestaciones de la juventud democrática liberal, que perdiéndole el miedo al inevitable orgullo del pasado, ven con confianza el futuro del país y con fuerza anticipan la contribución de los liberales.

La decisión de Yani Rosenthal de entrar a la campaña electoral, no debió haber sido fácil en lo teórico; pero inevitable natural en el juego de las diferentes posturas que se han producido en el interior del Partido Liberal. La campaña destinada a hacer creer a los liberales que no tienen nada que hacer en la vida política nacional; y que, mas bien ha llegado la hora de introducir fórmulas socialistas en una sociedad evidentemente conservadora y discretamente anquilosada, penetró fuertemente entre algunas bases liberales y entre los intelectuales afines a este partido. Vencer esta suicida tendencia de embrocarse en una tarea destinada al fracaso, visto que los hondureños todavía no están preparados para escuchar siquiera propuestas muy críticas del sistema político y económico, nos parece que es posiblemente la mejor muestra de sentido común del joven político liberal que ahora inicia su andadura desde San Pedro Sula a la casa Presidencial en Tegucigalpa.

Pero las posturas del Partido Nacional en el Congreso especialmente, sus propuestas transformadoras y sus invitaciones para demostrarle a los liberales que se habían quedado atrás en su capacidad de otear al porvenir, presionó en las generaciones más jóvenes de diputados liberales que, tomando las banderas de Zelaya, dejaron en el suelo sus discursos y sus rompimientos como obligación para responderle con éxito a sus tradicionales adversarios. De estas dos consideraciones es de donde surge esta candidatura que ahora arranca con enorme brillo desde San Pedro Sula.

Engañaríamos a Rosenthal, si le dijéramos que el camino está libre y que le está esperando la candidatura del liberalismo. El que lo acompañe la mayoría de la izquierda, le volverá difícil la tarea de atraer a la derecha liberal, muy fortalecida por el miedo a Zelaya. La derecha es mayoritaria. Y es necesaria para ganar las internas. Por supuesto, Rosenthal le quita fuerza a Zelaya, porque los liberales que se animan por su populismo verbal, se inclinaran a su favor. Y le seguirán.

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