LA VISITA DEL VICEPRESIDENTE BIDEN
Juan
Ramón Martínez.
Si
la memoria no me es infiel, la primera visita de un vicepresidente de
los Estados Unidos, ocurrió durante el gobierno de facto de Julio Lozano, en 1955. Ejercía el cargo, Richard M. Nixon quien visitó
Tegucigalpa, fue atendido por las autoridades y llevado al Zamorano
en una suerte de paseo a la que para entonces era reconocida como la
mejor escuela de agricultura tropical del continente. La Calle del
Country Club que pasa por el Instituto San Francisco, fue
apresuradamente asfaltada y bautizada con el nombre del ilustre
visitante. El pueblo que tiene sus cosas y sus comportamientos, no le
hizo caso al cambio de nombre de la calle y la siguió llamando como
siempre. Y la visita fue dejada solo para historiadores.
Ahora
que nos visita el vicepresidente Joe Biden, no sabemos de ninguna
obra con la cual se quiera honrar al ilustre político
estadounidense. Y mas bien, la presencia de Biden, se ha centrado en
temas de seguridad y se ha convocado a los demás gobernantes de la
región para que se reúnan en una mini cumbre con el ilustre
visitante. Con lo que el énfasis sobre los temas de Honduras y la
posible cooperación entre los dos países amigos, tendrá menos
tiempo de conversación y mucho menos posibilidades que se concrete
en acuerdos visibles y definitivos en el corto plazo.
No
hay duda que en los últimos meses la política estadounidense hacia
México y Centroamérica especialmente, ha incrementado su interés.
Hay más declaraciones, visitas y tratados que los que se manejaron
durante la primera fase del gobierno del Presidente Obama. La primera
tentación, es creer que este renovado interés en CA obedece a las
exigencias de las campañas internas que se efectúan en los Estados
Unidos. El tema de América Latina apenas suena en EEUU y cuando se
refiere a algo relacionado con el continente el tema mas bien es el
de los inmigrantes. La segunda tentación es creer que una vez que ha
perdido fuerza el socialismo del siglo XXI, tanto por el inevitable
cansancio que produce la verborrea latina, como por el que la
enfermedad de Chávez y los errores de Correa en sus pleitos con los
periodistas y con los periódicos los ha derrotado y que, Estados
Unidos viene al campo de batalla a recoger prisioneros y a levantar
las armas abandonados por sus relampagueantes enemigos.
Mas
bien hay que ver la visita de Biden desde otra perspectiva. Estados
Unidos está consolidando el primer círculo de su influencia,
representado por México y Centroamérica. Este círculo, por el
abandono de los teóricos estadounidenses como por las aparentes
exigencias de la madurez democrática lograda después de la guerra
civil de los ochenta, perdió visibilidad para los gobernantes de
Estados Unidos. Solo el narcotráfico, la invasión silenciosa de
China Continental y la intervención de Irán, les han hecho
despabilarse. Por un lado, antes las drogas que llegaban a sus
ansiosos consumidores, lo hacían por el Caribe. Gracias a la
colaboración de Cuba, Estados Unidos cerró esa vía exitosamente.
Pero abrió la vía terrestre que ha hecho de Costa Rica, Nicaragua,
El Salvador, Honduras Guatemala y México un extenso corredor que las
autoridades gubernamentales difícilmente pueden cubrir. Actualmente
ingresa más droga que hace diez años por el corredor caribeño.
China Continental ha entrado a la región, con ánimo de quedarse. Bajo la estrategia que no tienen interés político sino que fines económicos, los chinos se han apropiado de importantes segmentos de las frágiles economías de la región. La demanda de créditos es obvia por parte de economías empobrecidas. Y el dinero acumulado por China, ha hecho que por ejemplo, hayan prestado más dinero al continente que el Banco Mundial durante el año recién pasado. Este hecho representa un riesgo para Estados Unidos que aunque no lo quieran reconocer depende de la cooperación y los productos agrícolas de la región.
Pero
la preocupación mayor la representa la presencia de Irán en la
región. Este país, enemigo de Estados Unidos necesita uranio que
aparentemente hay en Nicaragua y que puede haber en Honduras. Y su
uso eventual por Irán, constituye un indiscutible peligro para los
Estados unidos al que ahora reaccionan.
Comentarios
Publicar un comentario