INDOLENCIA E IRRESPONSABILIDAD

Juan Ramón Martínez.

Ante el dolor de cerca de cuatrocientas familias que lloran frente a los cadáveres calcinados de sus familiares, no queda otra que rechazar la indolencia con que se ha manejado el tema penitenciario y la irresponsabilidad consiguiente en que ha incurrido la sociedad y los gobiernos especialmente los de Maduro y Zelaya. El primero atiborró las cárceles del país con el ingreso de una población detenida más que con otra finalidad, que para hacerle creer al pueblo hondureño que actuaban con energía frente al fenómeno de la violencia. Inflaron al máximo el tema de las pandillas, montaron el espectáculo del propio mandatario capturando jóvenes delincuentes que ya estaban detenidos, en una acción destinada a poner de manifiesto la ingenuidad de los hondureños. Después que ocurrieron los acontecimientos dolorosos de El Porvenir, en el Departamento de Atlántida y el incendio del Penal de San Pedro Sula, se llamaron a la inactividad, aparentemente convencidos que nadie en Honduras daba votos a cambio del mejoramiento de las condiciones de las cárceles del país. En estos últimos dos años, Álvarez le dio continuidad a “su política de seguridad”, ratificándola más como un espectáculo de carácter político que en una eficiente respuesta de la sociedad y el gobierno ante un problema que, era obvio que, algún día nos reventaría en la cara como acaba de ocurrir en Comayagua.

Durante el gobierno de Zelaya se siguió con la misma política. Se ignoró totalmente durante tres años y medio, el problema penitenciario del país. Simplemente se le borró del horizonte cómo si este no existiera, mientras se inventaban bobadas desde la convocatoria de una Constituyente, la refundación del estado y el continuismo presidencial. Fueron otros tres años y medio perdidos, en los que Zelaya, nos engañó a todos, moviéndonos hacia fantasías mesiánicas, mientras los problemas crecían desmesurados en diferentes lugares del país.

Puerto Castilla, Honduras (May 4, 2006) - Commanding officer USS Underwood (FFG 36), Cmdr. Roderick Fraser, explains various features of the bridge to President of the Republic Honduras Jose Manuel Zelaya. President Zelaya toured Underwood and thanked the crew for their outstanding community relationUs efforts in Honduras. USS Underwood is part of the George Washington Carrier Strike group participating in Partnership of the Americas, a maritime training and readiness deployment of the U.S. Naval Forces with Caribbean and Latin American countries in support of Southern Command's (SOUTHCOM) objectives for enhanced maritime security. U.S. Navy photo by Journalist Seaman Charles A. Ordoqui (RELEASED)

Ahora ha llegado el tiempo doloroso de la cosecha de tanta irresponsabilidad institucional. En donde además, tenemos la culpa también los ciudadanos que no hemos podido encontrar el mecanismo para que los políticos nos obedezcan y dejen de hacer desde el gobierno, lo que les venga en ganas. Pero no solo es un problema instrumental. La visión que la sociedad tiene de los presos, la mayoría de los cuales provienen de los segmentos más inestables de la pobreza, no es la de la compasión y la fraternidad humana debida. Más bien es la de la condena, por lo que emocionalmente, la mayoría no queremos saber del delito, de los delincuentes. Y cuando éstos crecen en la forma que lo han hecho últimamente, nos colocamos a la defensiva y no faltan los que en vez de avergonzarse, más bien celebran lo ocurrido como una formula enviada por Dios, para resolver el problema del delito y del hacinamiento. La conducta de los hondureños, está determinada por la visión que tienen de los otros y de sus derechos a la vida y a una existencia decorosa. Por ello es que nadie presiona a los políticos; ni exige del gobierno una nueva política penitenciaria.

Es inevitable cambiar de actitud. Hay que salir de la pasividad, sorteando las trampas de una burocracia incontrolable que basa su existencia en la paralización del país y sus mejores voluntades. Evitando por supuesto, que la solución de los problemas tenga una carga política electoral, en que lo que se hace no tiene finalidad de comprometido servicio, sino que es una zanahoria para que los inocentes entreguen sus voluntades electorales. Esto no puede continuar así. La política no debe ser degradada a un simple intercambio; o a la manipulación del comportamiento de los ciudadanos que no tienen por qué pagar -- y mucho menos con sus votos – las acciones de los miembros de la burocracia, a los cuales se les paga para que hagan las cosas bien.

En este caso, una nueva política penitenciaria, en la que se diferencien los sospechosos de los condenados, en donde el régimen de los detenidos sea de aislamiento y no un espacio para hacer negocios. O para el ejercicio de la inmoralidad, es un imperativo categórico. No podemos continuar cómo hasta ahora. Y menos, agachando la cabeza, celebrando ocurrida esta desgracia para buscar la compasión internacional y el apoyo de la cooperación de los países amigos. No se puede seguir así. La indolencia y la irresponsabilidad, no dan honor ni dignidad. Todo lo contrario.


Fotografía: U.S. Navy photo by Journalist Seaman Charles A. Ordoqui.  Licencia: This file is a work of a sailor or employee of the U.S. Navy, taken or made during the course of the person's official duties. As a work of the U.S. federal government, the image is in the public domain.

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