VOCACIÓN POR EL RETROCESO

Juan Ramón Martínez.


Por teléfono le expresé mis dudas a Roberto Martínez Lozano sobre el paso peligroso que quieren dar al confiarle el cobro de los servicios eléctricos al sindicato de la ENEE. Aproveché para recordarle al gerente de la empresa suministradora de la energía eléctrica, que la ley prohíbe que los sindicatos, intervengan en materias administrativas de las empresas en donde prestan sus servicios. Y cuando me explicó que crearían una cooperativa, no pude abstenerme de decirle que entonces querían destruir al sindicato, pagando por ello un alto precio. Que tiene dos grandes efectos: 1. La pérdida de la valiosa experiencia que se ha ganado con la privatización que ha cumplido SEMEH, la que debe en su oportunidad ser evaluada; y 2) el regreso a un modelo de medición en el que el pueblo saldrá perdiendo, porque el dinero se quedará por más tiempos en manos extrañas, sin que tengan que pagarnos un centavo siquiera a los consumidores. 


Quedamos que hablaríamos en otra oportunidad. Pero al concluir la comunicación telefónica, tuve el sentimiento que estábamos de nuevo siguiendo el modelo por medio del cual, Callejas destruyó al sindicato de Caminos. Y por el cual, años después fue enjuiciado y criticado el ex gobernante nacionalista. El Presidente Lobo Sosa, de cuya sensibilidad no tengo dudas, tiene que prestarle atención a este asunto, porque un error en esta línea, en que se llevan de encuentro conceptos, valores jurídicos y experiencias valiosas acumuladas, no solo lo hará perder un partido, sino que el “campeonato” de su vida. Terminando como Callejas, enredado en una cuestión en la que se colocaron primero los intereses políticos partidarios, que el bienestar de la nación y el cuidado de sus recursos. 


Martínez Lozano es mi paisano y mi amigo. Razón por la cual, experimento preocupación por lo que parece ser la ejecución de un modelo recesivo, que no redituará mejores servicios que los que ha proporcionado hasta ahora SEMEH. Echar pie atrás es una tontería, si uno no está seguro de lo que está haciendo. En este caso, lo más lógico es efectuar un análisis de lo que ha ocurrido con la privatización, para identificar las ventajas y desventajas del modelo. Nadie puede negar que se experimentaron beneficios y que el gobierno ganó – por el simple expediente de la reducción del tiempo en que el dinero estaba en manos de los particulares – mucho más dinero que en toda la historia inmediata anterior. Pero si se duda, habría que contratar a consultores extranjeros, porque aquí ya no confiamos en los nuestros, para que nos hagan un ejercicio actuarial sobre lo hecho inmediatamente y los beneficios que obtendríamos, echando pie atrás para volver al modelo estatal anterior, con el agregado de cuanto beneficio reditúa la “destrucción” del sindicato para la tranquilidad de los gerentes de la ENEE. 


El modelo de privatización en el que operó SEMEH es bueno. Le quitó al gobierno el manejo de algo en lo cual es incompetente. Y sacó el servicio de la componenda partidaria. Las fallas que observamos, son valiosas experiencias que debemos corregir. Pero no se pueden pasar por alto los resultados económicos, colocando las quejas de los usuarios – muchos de los cuales están acostumbrados a imaginar que los servicios públicos tienen que ser gratuitos – en por encima de todo. Si no se quiere contratar a la firma que actualmente ha dado el servicio, hay que abrir un concurso público para que otras empresas, incluida SEMEH, compitan ofreciéndonos un servicio mejor, garantizado por la rica experiencia que hemos tenido en estos años de privatización. Cada uno de los problemas, fuera de lo más ruidoso que precisamente no es lo más importante, es decir, las quejas de los usuarios, debe ser analizado. Y la nueva empresa contratada, debe comprometerse a subsanarlo, sin perder de vista que donde la ENEE pierde dinero es en el tiempo en que el cobrador se queda con lo cobrado, permitiéndole a los bancos y a la empresa cobradora, hacer pingues negocios. 


Es aquí donde está el corazón del asunto. Y es aquí, en donde se debe colocar la atención. Si lo que se trata es de proteger los intereses de Honduras. Por supuesto, si se busca otra cosa, lo que he escrito no tiene valor. Y mucho menos si se busca hacer un “gol” de taquito para enlodar la figura de Lobo Sosa que será el que, pagará al final las tortas mal hechas. Cómo le ocurriera a Callejas.

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