LA DISPUTA POR LOS CONTRATOS ELÉCTRICOS

Juan Ramón Martínez.




[caption id="" align="alignright" width="200" caption="Archivo:LPG cylinders.JPG (Two 45 kg LPG (Liquified petroleum gas) cylinders in New Zealand.)"]Gas licuado del petróleo. [/caption]

Como a muchos otros, nos ha llamado la atención el apasionamiento e irracionalidad con que se ha manejado el tema de la contratación de cien nuevos megavatios de energía eléctrica. Cómo en otras situaciones en donde no se tienen suficientes argumentos para convencer, se recurre a la fuerza y a la descalificación de los que muestran algún tipo de desacuerdo. E incluso se acusa a los periodistas porque en vez de defender los intereses de la colectividad, al cuestionar la oscuridad de los contratos, la velocidad de su suscripción y la ignorancia sobre la compañía ganadora, que se ha hecho con un negocio que aparentemente le producirá excelentes resultados, de ser voceros de obscuros intereses. Porque en el contrato, dicen los que saben de estas cosas, está determinada la protección de los intereses nacionales, por la probada ineficiencia del gobierno para cumplir con la parte de los compromisos.


Se nos ha dicho que el Gas Licuado es más barato que el bunker y el diesel. Y que además, es más respetuoso con el medio ambiente. Y estas cosas son ciertas. De lo que no se ha dicho nada, es de las dificultades para obtener el gas licuado, cuya disponibilidad en el mercado mundial es inferior a los otros combustibles. Y además, que está acaparado por una demanda estable que lo usa en forma constante.


Pero la omisión más grave es que no nos han contado las dificultades para traer los barcos especiales que conducen el gas licuado, que deben mantener una elevada temperatura para no transformar el producto en algo diferente, las instalaciones que deberá construir el gobierno para llevarlo desde la embarcación atracada hasta en lugar en donde estará instalada la maquinaria productora de energía. Y lo más serio, los contratos a largo plazo que nos permitan asegurarnos una provisión contante de gas licuado. La prohibición de diesel para entonces, nos cerrará las puertas para alguna alternativa intermedia en el caso de alguna falla en una operación que tiene muchas complejidades.


Sin que esto sea lo fundamental, tampoco hemos hablado de financiamiento y mucho menos de los socios nacionales y su experiencia en el negocio de la energía. Incluso de la empresa que ha sido beneficiada con el contrato que tanta discusión ha provocado, no se tiene mucho conocimiento sobre su experiencia en la materia. E incluso en qué estado de la unión americana está registrada. Hasta donde hemos oído, la mayoría de las empresas estadounidenses están registradas en Delaware; pero ésta por razones que ignoramos, tiene un registro nacional que nunca habíamos conocido antes. Por supuesto, tengo que reconocer que las cosas están cambiando en el mundo de los negocios. Y Estados Unidos, es el país que más cambia especialmente en los registros empresariales.


Finalmente, nos ha llamado la atención que se han pasado por alto dos cosas. Que durante el gobierno de Maduro, AES Corporation intentó establecer un proyecto similar que por razones inexplicables, no pudo operar. Y lo más grave, de dónde sacaró el gobierno de Honduras para hacer que rebaje el precio inicial de 40 centavos de dólar (frente a los 15 que se pagan actualmente) a una cantidad inferior a esta cifra.


Aquí es donde está la cuestión. Algunas veces hacemos cosas extrañas. Se armó un gran revuelo por la contratación de una elevada cantidad de energía producida con carbón. Y al final, nada ha resultado porque los empresarios, carecían del dinero. ¿Ahora será lo mismo?


Fotografía: Este archivo está disponible bajo la licencia Creative Commons Reconocimiento 2.5 Genérica

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