Cosas del idioma (2): POR LOS CINCO CONTINENTES

 


Cómo confirman los últimos datos del anuario del Instituto Cervantes (El Español en el Mundo 2020) nuestro idioma goza de indiscutible vitalidad; ya somos casi cuatrocientos ochenta y nueve millones de seres humanos que tenemos el español como lengua materna. Sólo el chino mandarín nos supera, con novecientos cincuenta millones de nativos, aproximadamente. Por lo que respecta al número de usuarios potenciales – que incluye también a los hablantes bilingües, a quienes presentan un dominio más limitado de la lengua y todos cuantos están aprendiendo el español como lengua extranjera --, en 2020 era de alrededor de quinientos ochenta millones (el tercero tras el inglés y el chino). En los últimos años, ha crecido de forma considerable el aprendizaje del español como lengua extranjera (existen hoy más de veintidós millones de estudiantes), especialmente en los Estados Unidos, Brasil y algunos países de la Unión Europea.

 
El número de Estados en los que el español es oficial o cooficial asciende a veintiuno (contando Puerto Rico). Lógicamente el mayor número de hispanohablantes se distribuye entre España y América, pero no hay que olvidar que el español se ha extendido por los cuatro puntos cardinales y se habla en todos los continentes. En África, donde también tiene alguna presencia en áreas de Marruecos y el Sahara Occidental, es oficial en Guinea Ecuatorial, junto con el francés y el portugués. Por lo que respecta al continente asiático, y dejando al lado el hecho singular del judeoespañol, es revelador el caso de Filipinas, donde el español dejó de ser oficial en 1973. Su uso es hoy muy minoritario, pero el rastro de su léxico está aún muy presente en el chabacano, criollo que hablan alrededor de medio millón de personas. Mención especial merece el caso de la Isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas, en Oceanía, un territorio no incorporado de Estados Unidos – con una situación parecida en algunos aspectos a la de Puerto Rico – que hasta 1898 formó parte de la Capitanía General de Filipinas: junto con el inglés, el chamorro, otro híbrido que presenta influencia léxicas y gramaticales del español, es lengua oficial. En América hallamos pocas sorpresas. Cuba es el mayor con mayor porcentaje de hablantes nativos (99.8%). En el otro extremo se sitúa Paraguay (68.2 %) donde el español convive con el guaraní. 


Para medir el grado de influencia de una lengua en el mundo no sólo requiere atender a su extensión geográfica, sino también a su relevancia en términos económicos o como herramienta de transmisión de conocimientos, o a su fortaleza como lengua de la diplomacia. Tomando en cuenta estas variables, el español se sitúa en cuarto lugar, tras el inglés, el chino y el francés.


En la actualidad existe, además, un indicador fundamental para comprobar el potencial de una lengua: el factor tecnológico, que nos muestra que un 7.9% de usuarios utiliza el español para sus conocimientos en la red. Es la tercera lengua más usada, tras el inglés y el chino. Hay que destacar que el único país hispanohablante que figura entre los diez con mayor número de internautas es México. Como elemento negativo, se constata la escasa visibilidad de contenidos técnicos y científicos, a pesar de ser, tras el inglés, la lengua con mayor volumen de publicaciones. La otra cara de la moneda la encontramos en la actividad editorial, muy intensa en español, como la producción cinematográfica. Entre los principales productores de libros, hay dos países hispanoparlantes: España y Argentina, a los que se suma México, en el caso del cine.


Es una realidad compleja, con sus luces y sus sombras. El verdadero reto para el progreso del español es expandirse más allá de su ámbito nativo y prosperar como lengua internacional y de transmisión de conocimiento.


(Fuente, Nunca lo hubiera dicho, Real Academia Española, Taurus, Madrid, 2022)

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