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OFICIO DE HONRADOS Juan Ramón Martínez No se puede ser periodista si no se es una persona honrada. Y si no se busca constantemente la verdad, para sentirse, muy cerca de ella, siquiera. Estas ideas no son propias, sino que expresión de muchos de los que, conocieron a Ben Bradlee; y que le interrogaron, sobre cómo quería ser recordado. Acaba de morir, a los 93 años en Washington, donde durante muchos años dirigió al Post de los mejores tiempos: el de los papeles del Pentágono y el que mostró que Nixon no era un hombre de confianza, porque desde el poder creía que estaba autorizado para actuar, caprichosamente, fuera de la ley. En la ocasión de su muerte, sus amigos, muchos que fueron sus dirigidos, le han recordado como un hombre que exigía fidelidad a los hechos, que no le temía a la verdad. Todo lo contrario. Creía que había que buscarla, no en las suposiciones, sino que en los hechos. Cuando descubría que sus reporteros hacían suposiciones a partir de generalizaciones, rea
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LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO ¿ARMA DE ESTADOS UNIDOS? Juan Ramón Martínez No es la primera vez que se hace uso de los precios del petróleo como un arma arrojadiza en contra de occidente. En 1973, la OPEP, respaldada por los países  europeos, estremecieron a occidente con el alza más considerable de los precios del petróleo. Desde aquella fecha, hasta ahora, las cosas han cambiado mucho. El mundo vió estremecido como los precios se dispararon; y quienes no tenían protagonismo en el escenario mundial, con el arma de los precios del petróleo, se hicieron con el poder de las economías de los países desarrollados. Venezuela y la Arabia Saudita, pasaron de naciones de segunda a grandes potencias, llamadas a mantener con los nervios de punta, cada vez que se reunían, a los gobernantes occidentales. Ahora, en un vuelco inesperado, las cosas cambian de rumbo. El petróleo de la OPEP ya no marca el rumbo; y son los Estados Unidos, arrinconados en la crisis del 1973, quien devuelve el golpe, m
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LA UTILIDAD DE LA POBREZA Juan Ramón Martínez “Los pobres son muchos” descubrió con candor e ingenuidad, Roberto Sosa. Los datos lo confirmaban, las calles lo gritaban; mientras hombres y mujeres buscaban en las basuras hogareñas, algo que llevarse a la boca. Y no se les puede olvidar tan solo por el acto físico de su presencia, cómo  creía el recordado poeta, sino que por su utilidad. Porque, en homenaje a la verdad, la presencia de los pobres que a muchos agrada mas bien que incomodar, es algo útil para la sociedad hondureña. Sin ellos, no podría funcionar. Porque son ellos los que aportan la más grande porción del producto interno bruto, vía las remesas que les envían a sus abandonados familiares; los que consumen productos de escasa calidad – gracias a lo cual muchos de los empresarios viven felices amasando fortunas sin cuento – los que le permiten a los políticos ganar elecciones con el menor esfuerzo mental. Los que mantienen los salarios bajos; y elevado el uso de la juvent
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Contracorriente: ¿POR QUÉ NO SE CALLA? Juan Ramón Martínez La señora López, Presidente del Comité Central del Partido Nacional, ha estado dando diversas, frecuentes; y enrevesadas declaraciones. Sin tomar en cuenta que hablar de reelección constituye un delito que la puede inhabilitar en el futuro para el desempeño del cargo; y otros que le pueden asignar sus correligionarios, se ha atrevido a manifestarse a favor de la misma. Aunque se cuida mucho, afirmando que son opiniones personales porque el Comité Central no se ha reunido para tratar el asunto, aboga por la reelección presidencial, invocando la defensa de los derechos humanos de los potenciales reeleccionistas. Y la destrucción de la Constitución. Porque de otra forma, es materialmente posible presentarse nuevamente a un torneo electoral quien ha sido elegido y desempeñado la Presidencia de la República. Aparentemente, la señora López no ha hecho reflexiones profundas; ni estudios formales sobre el asunto. Actúa en fu

“EL GENERAL EN SU LABERINTO”

Juan Ramón Martínez. El, título tomado de una novela de García Márquez es del colega Guillermo Mejía que desde El Salvador, cómo la mayoría, ve con suma preocupación la negociación con las pandillas de su país. En un artículo publicado en su blog, dice de entrada que “no convencen las explicaciones del Ministro de Justicia y Seguridad, general David Munguía Payes que no respondió de inmediato a las interrogantes de periodistas y ciudadanos una vez conocida una nota elaborada por el medio digital El Faro que sostiene el trance a partir de filtraciones que fueron corroboradas por pandilleros”. Cómo es natural Mejía, se escandaliza y sigue diciendo que “resulta un hecho inusual que se mueva a mas de 30 reos del penal de máxima seguridad conocido como Zacatraz, hacia penales de menor seguridad, sobre todo por razones humanitarias en un esfuerzo de diálogo en que dicen participaron el obispo castrense, Fabio Colindres, y el ex rebelde disidente del partido FMLN, Raúl Mijango”. Mej

LA CUESTIÓN UNIVERSITARIA

Juan Ramón Martínez. Honduras tiene casi todas sus instituciones en dificultades. En consecuencia hay que hacer un esfuerzo generalizado para encaminarlas por los carriles de la ley, facilitando con ello que los fines que animaron su creación se justifiquen por resultados que fortalezcan el bien común. Entender esto es difícil para un grupo de compatriotas que -- obstinados en sus conductas infantiles y sus conflictos con sus “padres muertos”—creen que ha llegado la hora de derribar la casa y sin recursos, solo por simple afán de pasar a la historia, pretenden de palabra refundar o reconstruir una nueva, en la que adicionalmente hacen falta los planes mínimos y los recursos necesarios, fundamentales para que no terminemos haciendo el ridículo y postergando en forma ingenua, el desarrollo del país. Desde 1839 hasta 1933, el país ha vivió en el sobresalto político, en la embocada caminera y en el brusco ejercicio del capricho por parte de grupos fascistas, disfrazados de libera

EL PARTIDO NACIONAL, ¿GIRO A LA IZQUIERDA?

Juan Ramón Martínez. El país no solo requiere frenar la violencia y poner a los delincuentes en su lugar. También está urgido de imponer el orden en el interior de la clase política, para que ésta renuncie de una vez por todas al ejercicio de la desobediencia a la ley, a la vocación caprichosa de los caudillos y a la obscura creencia que los objetivos individuales o grupales, están por encima de los intereses nacionales. Por ello, cuando los liberales anuncian y ponen en marcha un proceso de unidad, respetuosa y viril entre sus filas, resolviendo sus diferencias por medio de la voluntad y la sentencia popular, el país respira tranquilo. Y otra vez renace la confianza entre quienes teniendo un poco de dinero quieren invertirlo para crear empleo y obtener las ganancias que se acostumbran en estas circunstancias. En sentido contrario, la confianza se resquebraja cuando se aprecian brusquedades inusitadas en el interior del Partido de gobierno que, cómo es lógico, tiene más respo