LAS MALVINAS, UN PLEITO DIFÍCIL Y ETERNO
Juan Ramón Martínez.
[caption id="" align="alignright" width="454" caption="Cristina Fernández de Kirchner en el despacho presidencial argentino."][/caption]
Es reconfortante saber de la visita del Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina a Tegucigalpa. La finalidad de la misma, contrasta con la histeria con la que aquella nación nos tratara en la oportunidad de los infaustos acontecimientos del 28 de junio del 2009. En aquella fecha, la Presidenta argentina, nos quería imponer a un gobernante, asumiendo para ella y para un grupito de colegas suyos, miembros de la orquesta política de Hugo Chávez, la soberanía que solo nos corresponde ejercer a los hondureños.
En 1982, Argentina se enfrentó en desigualdad de circunstancias, cómo nos ocurriera a nosotros a menos de tres años atrás contra la mayoría de los países del continente, a la Gran Bretaña en una campaña militar desastrosa en la que no solo se mostró la impericia de los argentinos para las cosas serias de la confrontación armada, sino que además se puso en evidencia la falta de solidaridad de los Estados Unidos con los países latinoamericanos. Este país, más leal y afectivamente comprometido con la vieja reina de los mares, le proporcionó información de inteligencia a los ingleses con la cual derrotaron fácilmente a los ingenuos militares argentinos. Hoy treinta años después, resurge el tema tanto por los movimientos de la Cancillería de Buenos Aires, como por la decisión de los países del cono sur que han declarado un boicot a las naves británicas que intenten tocar en sus puertos soberanos. Y el objetivo que se plantea, cómo lo ha dicho en forma muy clara la gobernante argentina, no es la devolución de las islas, sino que atendiendo las decisiones de las Naciones Unidas, que los dos países confrontados se sienten a negociar sobre el tema.
Aunque no han dicho nada al respecto, nos imaginamos que el gobierno hondureño le ofreció la solidaridad correspondiente al Canciller Argentino. Nuestro gobierno en estos casos se muestra leal con las luchas de los países del continente por la defensa de sus intereses. Por supuesto, nuestro apoyo es de carácter moral y con efectividad como voto en los foros mundiales en donde se traten estos asuntos. De forma que Argentina puede contar con Honduras, olvidando los agravios del pasado; e incluso cierta pachorra incomprensible para acreditar su embajador aquí en Tegucigalpa. Porque al fin y al cabo, somos comprensivos y tenemos, aunque no siempre lo ejercemos en el interior, con nosotros mismos, la tolerancia y la capacidad para el perdón y el olvido.
Y además, creemos de verdad en la solidaridad continental y honramos, como corresponde en una nación seria como nos imaginamos ser, el Tratado de Mutua Cooperación de Río de Janeiro, en virtud del cual, cuando una nación del continente ve afectado sus intereses, todas las además deben concurrir en su auxilio y apoyo. Esta decisión, coherente con el estilo de la tradicional política exterior hondureña, tiene mucho que ver con la soledad que experimentamos durante la guerra de 1969 en contra de El Salvador en que inútilmente invocamos este tratado. Nosotros entendemos la soledad argentina, sabemos de su debilidad en una disputa desigual en donde su pintoresca arrogancia natural, tienen que vérselas con un imperio en declinación militar pero con capacidad suficiente para derrotar a la Argentina cómo ya lo hicieron en 1982.
No creemos que haya condiciones para una nueva guerra. El poder militar argentino, afortunadamente está bajo control; y dedicado a sus tareas profesionales. De forma que, difícilmente volverá a ocupar militarmente las Islas Malvinas porque nuevamente Gran Bretaña les derrotará con igual facilidad que en 1982. Porque en términos militares, la correlación de fuerzas es la misma y la decisión de ambas naciones se mantiene similar a la que se usara en aquella dolorosa oportunidad.
Pero si consideramos que es oportuna y valiosa la solidaridad hondureña con la causa argentina. Aunque respetamos y apreciamos la postura de Gran Bretaña, las obligaciones de la solidaridad son mayores. Y especialmente cuando estas están siendo ordenadas más que por el rechazo a los otros, por lo que ha establecido la ONU que ha ordenado a los dos países, sentarse a conversar sobre el tema.
Fotografía: "Mensaje de fin de año de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner." 31-dec-2010
Autor: Presidency of Argentina
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