ORTEGA Y SU INTERVENSIÓN PROBABLE

Juan Ramón Martínez.




[caption id="" align="alignright" width="415" caption="File:US Navy 070907-N-1810F-237 Lt. Col. Robert Gaddis meets with Daniel Ortega, president of Nicaraguan to discuss a humanitarian relief operation in Puerto Cabezas, Nicaragua."]Daniel Ortega, anti-imperialista?[/caption]

La desgracia de los gobernantes que tienen mucho tiempo en el poder, es que los analistas no tenemos dificultades para anticipar sus movimientos. A Ortega, después de tanto tiempo manipulando el poder en Nicaragua, jugando con la oposición, pasando por encima de la ley y buscando como consolidar una fuerza económica similar a la que logró atesorar Somoza, el discurso anti-estadounidense le está resultado cada día menos convincente. Porque resulta que económicamente, el primer socio comercial de su economía, son los Estados Unidos. La balanza comercial con Cuba y con Venezuela, no tiene ningún valor. 


Mas bien las relaciones económicas con Honduras, después de las mencionadas con EEUU, constituyen un segundo e importante valor que aunque problemático su manejo en algunos momentos, es útil para las dos economías. Sin embargo, la actitud reticente en contra de Honduras, la intervención en los asuntos internos del país; e incluso la amenaza de invadir el territorio nacional, hacen creer a los observadores que Nicaragua será un incómodo vecino que le amargará la vida a los hondureños en la medida en que éstos no se inclinen a su lado y hagan coro, cantándole a los Estados Unidos, un anti-imperialismo vacío y sin dinero. 


Algunos creen que la mención de Ortega en el sentido que Lobo Sosa estudió en la Escuela de Cuadros que el Partido Comunista mantenía operando en Moscú, tiene como finalidad llamar la atención del gobernante hondureño a fin que se una con salvadoreños y nicaragüenses, en una jornada empobrecedora; pero políticamente ruidosa en contra de la dominación de Estados Unidos en los asuntos internos de la región. Me cuesta creerlo. Pero Ortega es capaz, como lo ha demostrado, de hablar mal del capitalismo creyendo que no sabemos qué se ha convertido en el más grande empresario de Nicaragua. O hablar de defensa de los derechos humanos, mientras apoya a Irán y Venezuela que no tienen mucho prestigio en estos dos campos. 


Por ello, conociendo la forma extraña pero anticipada fácilmente cómo se comporta Ortega, no hay que descartar un esfuerzo para apoyar a Zelaya, contando con las facilidades del sistema democrático para ayudarle a reconquistar el poder perdido el 28 de junio del 2009. Ni tampoco pasar por alto la posibilidad que intente pactar con los nacionalistas – una vez que descubran que tienen todas las encuestas de opinión publica en su contra – una fórmula de quedarse en el poder, mediante la convocatoria de una constituyente. Dos años más en el gobierno, tiempo que se acostumbra aquí para elaborar la misma Constitución, a la cual le cambian la fecha, modifican la numeración de los artículos y sustituyen las firmas de los constituyentes, le daría a los nacionalistas un espacio para reacomodarse y enterrar definitivamente al Partido liberal. Y pactar con Nasralla y Vásquez Velásquez, una suerte de “entente de sobrevivencia mutua. 


Puede parecer histérico este análisis. Pero conociendo a Ortega, no hay que descartar que buscar la forma de dominar al gobierno de Honduras. Y así cómo hizo con la oposición interna encabezada por Alemán y los empresarios que solo quieren espacio para hacer sus negocios, puede intentar un acuerdo con Honduras y con el Partido Nacional. Al fin y al cabo, de perdidos, dicen, los nacionalistas ganarían algo para si, aunque el precio a pagar será demasiado alto. 


Los hondureños por su parte, no se quedarán con los brazos cruzados. Los zelayistas sentirán que les quitan el dulce de la boca, cuando empiezan a gozar su rico sabor. Los nacionalistas, derechistas de corazón, no aceptarán ponerse al servicio de Nicaragua y sus políticas anti-estadounidenses especialmente. En 1894, los jóvenes de Comayagüela obligaron a los oficiales del ejército de Nicaragua a abandonar el país, después de confrontaciones a golpes por el favor de las sonrisas de las mujeres guapas de entonces. 


Estados Unidos reaccionaría ante el bloque Honduro-Nicaragüense. El gobierno no duraría mucho tiempo. Y la revuelta, contaría con más respaldo que en el 2009. Con una embajadora más tranquila y menos nerviosa que Llorenz. Que sabría cumplir con su deber, en forma más ordenada y escuchando más a un Departamento de Estado más coherente que el que vimos en la crisis del 2009.


Fotografía: PUERTO CABEZAS, Nicaragua (Sept. 7, 2007) - Lt. Col. Robert Gaddis meets with Daniel Ortega, president of Nicaraguan to discuss a humanitarian relief operation in Puerto Cabezas, Nicaragua. USS Wasp (LHD 1) is on station providing disaster relief to Nicaragua after Hurricane Felix made landfall Sept. 4. U.S. Southern Command diverted Wasp from an international maritime exercise in Panama to the coast of Nicaragua Sept. 5 to assist with disaster relief efforts in areas affected by the hurricane. U.S. Navy photo by Mass Communication Specialist 2nd Class Todd Frantom (RELEASED)


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