EL SENTIDO DEL HUMOR DE CHÁVEZ

Juan Ramón Martínez.




[caption id="" align="alignright" width="432" caption="Released to Public ID: DNSD0509136 Service Depicted: Navy Command Shown: USS YORKTOWN (CG 48) 020302N0872M506 US Navy (USN) Commander (CDR) Robert S. Kerno (left), Commanding Officer (CO), USN Ticonderoga Class Cruiser USS YORKTOWN (CG 48), points out some sights to the President of Venezuela, Hugo Chavez during a tour of the ship. The YORKTOWN is visiting the city of Willemstad at Curacao, Netherlands Antilles north of Venezuela during the 43rd annual UNITAS (Unity in Spanish) exercise. UNITAS is the largest multi-national naval exercise conducted by US, Caribbean, Central, and South American naval forces with the focus on building a hemispheric coalition for mutual defense and cooperation. Location: WILLEMSTAD, CURACAO NETHERLANDS ANTILLES (ANT)"][/caption]

Chávez es histriónico, mentiroso, manipulador e inventor de historias. No es accidental – y así se lo decía a un oficial de la naval venezolana – que en Olanchito, que saben de las cosas humanas más de lo que uno se imagina, que quienes tenían los dientes separados, eran mentirosos irremediables. Chávez los tiene separados, -- los de abajo -- por lo que además de imaginativo y contador de historias, es inventor de cuentos y narrador de primera línea. Si con Fidel y su vocación por el poder, las grandes ligas perdieron a un gran pelotero, con Chávez la literatura ha perdido una gran figura. Y el teatro y el cine, a un artista de méritos orales e imaginación desbordada, capaz de alegrarnos la vida con sus cuentos. 


El último cuento suyo, porque no se le puede llamar de otra manera, sobre que los gringos estarían en el origen de la epidemia cancerígena que afecta a los líderes populistas sudamericanos, nos ha llenado de mucha satisfacción y alegría en este fin de año. Por un lado, confirma la ilimitación de la imaginación de Chávez, su admiración por la capacidad de Estados Unidos para hacer llover, dirigir los huracanes y para distribuir a gusto de sus dirigentes las enfermedades preferidas entre sus enemigos o simplemente malquerientes. Por más que la cosa resulte cuesta arriba, no deja de ser interesante que Estados Unidos tuviera esta capacidad de deshacerse de sus enemigos por medio de enfermedades dirigidas, en vez de seguir en la violenta costumbre de ahorcarlos, como en el caso de Saddam Hussein o de asesinarlos cómo ocurriera con Bin Laden. Aunque duela decirlo, se humanizarían sus venganzas y los crímenes podrían envolverse en cierta papelería hipócrita en que los embajadores gringos, una vez que murieran los presidentes malqueridos, llegarían a darle el pésame a la viuda, a agradecerle a los cercanos colaboradores del ex gobernante fallecido, su valiosa cooperación en el “sostenimiento de la democracia y el capitalismo liberal”. 


Además, ese descubrimiento sería el antídoto para las revoluciones. Una vez que el presidente y su gobierno se volvieran pesados, incómodos, ladrones e incompetentes, en vez de salir a la calle a protestar, a animar a los militares para que apoyen un levantamiento generalizado; o iniciar una movimiento guerrillero con todas las de la ley, sería más cómodo nombrar una comisión de médicos oncólogos, especialistas en los cánceres más agresivos, para que consiguiera una buena dosis para de esa forma acabar con el incómodo gobernante. 


Por supuesto el problema sería como aplicarle los virus – el “científico” Chávez no ha explicado muy bien estas cosas, lo que esperamos que haga en los próximos meses – al indómito y zamarro gobernante. Posiblemente, Estados Unidos daría el servicio, a cambio de sumas elevadas; o de acuerdo con su política exterior. De forma que el principio de todo sería empujar al gobernante del cual quisiéramos deshacernos, que desarrollara como Chávez un discurso chocarrero en el cual ocuparan especial lugar un anti imperialismo ramplón, lleno de lugares comunes y de una actitud acusadora de forma que los gringos terminaran bravos con el gobernante por eliminar. Logrado el clima de confrontación, parecido al que tuvimos aquí en tiempos de Zelaya, operaría el sistema. Y empezaría el anuncio de la enfermedad cancerígena del gobernante y las rogativas secretas para evitar que la mano de Dios se interpusiera en la voluntad de los gringos para enviar al otro barrio al gobernante de marras. 


Chávez no tiene idea todavía de su capacidad para hacernos soñar. Una vez que el producto estuviera en las farmacias, en las capitales del continente en donde hay gobernantes poco queridos por sus pueblos, se organizarían maratones y jornadas para levantar el dinero suficiente con el cual pagar el producto y su aplicación para deshacerse de los continuistas. Al final, a todos nos saldría barato.Y no hay que descartar que incluso los presidentes recuperaran la salud, empezaran a portarse bien; y renunciaran a su vicio reeleccionista, con lo que ganaríamos todos. El que Chávez mejore y que la Kirschner se recupere de un mal que parece inventado – cosa no descartable – es una indicación que el miedo a EEUU, les devuelva la salud a algunos. Chávez, debe seguir contándonos cuentos.


Licencia de Fotografía: Este trabajo es obra de un marinero o un empleado de la Marina de los Estados Unidos realizada durante la prestación oficial de servicio. Como obra del gobierno federal de los Estados Unidos de América, esta imagen está en el dominio público.

Comentarios

Entradas populares de este blog

HONDURAS, EN GRAVES PROBLEMAS

ASFURA, A RENDIR CUENTAS

MEL, VÍCTIMA DE SU NATURALEZA