EL DETERIORO POLÍTICO DE ZELAYA

Juan Ramón Martínez.




[caption id="" align="alignright" width="333" caption="José Manuel Zelaya Rosales, President of Honduras, in Tegucigalpa during a state visit of Brazils president Luiz Inácio Lula da Silva."][/caption]

No hay que ser un sabio para concluir que la estrella política de Manuel Zelaya, está en franca declinación. El respaldo que tuvo durante el conflicto del 2009, el apoyo internacional que recibía su nombre y sus frecuentes declaraciones en los medios de comunicación; y el que Lobo Sosa lo convirtiera momentáneamente en el árbitro de la política exterior de Honduras, lo transformó de un simple político rural, en la figura central del escenario político nacional. Pero, en la medida en que perdió el respaldo de los intelectuales que discretamente le dieron la espalda, --dejando de mencionar su nombre e incluso silenciaron el discurso sobre el golpe de estado – dejaba las filas del Partido Liberal y quedaba en brazos de una élite popular agresiva; pero sin respaldo popular, su estrella como figura esplendente del cielo político nacional, ha ido perdiendo brillo e importancia. 


Con todo lo que se quiera decir, tal brusca declinación no es buena para el país. El discurso de Zelaya, en el sentido de señalar la injusta distribución del ingreso, la exclusión de las mayorías y la urgencia de la participación para crear un nuevo ordenamiento político partidario, le dio un dinamismo que nunca antes había experimentado la vida política nacional. Solo en 1954, con motivo de la huelga de los trabajadores del país, hubo otro momento igual que el que provocó Zelaya con sus cuestionamientos directos, desde el poder, al sistema político. De conformidad con la dinámica de la vida social, Zelaya no tomó consciencia de sus limitaciones y de la capacidad del sistema amenazado por sus críticas, para fortalecerse y reaccionar. La pelea por la calle, el arrinconamiento de Zelaya fuera de las reglas generales de la distribución del poder, lo transformó en un verdadero paria. Y especialmente aprovechando los errores e infantilidades de Zelaya, el sistema amenazado, empezó a corroer sus bases y a reducir sus fuerzas. 


Ahora, el sistema está más consolidado que antes del 28 de junio. Las fracturas que exhiben los partidos políticos tradicionales, no favorecen a Zelaya, sino que a grupos y sectores que han operado fuera del sistema. Y que ahora aprovechan la coyuntura. Salvador Nasralla y Romeo Vásquez Velásquez han ganado más desde la derecha que Zelaya. Confirmando que el sistema no se ha debilitado sino que al reaccionar, ha expresado nuevas formas de manifestación, hasta ahora desconocidas. Si las elecciones fuesen mañana, el sistema de partidos históricos posiblemente se vería muy dañado; pero ello no iría acompañado del fortalecimiento de la opción suicida de Zelaya que, en el intento de auto excluirse de la élite política nacional, ha confirmado mas que su fuerza, sus debilidades. 


Por eso es que Zelaya ahora luce más solo. Y el sistema derechizado, se muestra nuevamente arrogante e irresponsable. Orgulloso de haber eliminado a Zelaya como fuerza cuestionadora, sin que haya tenido que ofrecerle nada significativo a cambio, sino que un protagonismo que a la fecha se ha ahogado en forma casi total. Tornándose resistente para hacer los cambios necesarios que estamos urgidos, como precio para pasar del mercantilismo patrimonialista al capitalismo moderno, del gamonalismo político a la democracia auténtica y del irrespeto de las personas a un régimen de completa vigencia de los derechos humanos. El atraso que observamos, la falta de voluntad de los políticos para cambiar, confirma que el cuestionamiento de Zelaya antes que debilitarlos, más bien los ha fortalecido. 


Zelaya no se recuperará. Sigue con el tema de la Constituyente que a nadie le interesa. Y cree que es un líder capaz de movilizar a las masas. Los intentos de hacer pequeñas reuniones focalizadas, han sido un verdadero fracaso, no solo por la orfandad del respaldo popular, sino porque adicionalmente el gremialismo nacional tiende a la desunión y al fraccionamiento. Y le ayuda muy poco. 


Estamos como antes del 2007. Paralizados, con mayores problemas; pero con un sistema político que favorece el fraccionamiento de sus cuestionadores y que contribuye en forma eficiente, en el debilitamiento de Zelaya, que con un poco más de inteligencia, sabiduría y control de sus emociones primarias, pudo haberle dado a la vida política un dinamismo similar al que los obreros le dieron con la huelga de 1954. Pero se exigió a si mismo mucho más de lo que podía dar. Ahora es una figura en declinación, útil para que la derecha se fortalezca como nunca antes.

Comentarios

  1. Bueno, mientras haya imbéciles como Juan Ramón Martínez, el país irá de retoceso. No podemos echar nuestra suerte a oráculos montunos como éste que toda su vida ha vivido del dinero del pueblo como funcionario público. Es de preguntarnos: ¿qué hizo este señor mientra fue director del Instituto Nacional Agrario? No hizo nada. Más bien, estamos observando las secuelas de las actuaciones de este "analista". A la fecha, han asesinado a más de 50 campesinos en el Aguán y él es responsable de ese genocidio porque permitió el desbaratamiento de la reforma agraria y facilitó que empresarios como el árabe Miguel Facussé las comprara mediante chantaje y coacción.

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  2. Estimado señor: La presente es para notificarle que es nuestra tarea -como administrador- filtrar los mensajes que en este blog se presenten. No es cuestión de si se ponen trabas a la libertad de expresión o no. Es cuestión de aportar para la búsqueda del debate. Si se aprobara todo mensaje que llega a nuestras manos, sin control alguno, se caería en el riesgo que las aportaciones de los usuarios, se inclinen por una u otra tendencia de opinión. Extremos que no parecen más que enfrentar, generar el odio y sentimientos en una Honduras herida, por los que se han dado la tarea a gobernarnarla.

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  3. Tu ignorancia es tu pena... qué pena...16 de enero de 2012, 2:05

    Señor Bayuncón -cómo se hace llamar-. El retroceso de Honduras se debe a las personas como usted que, no han podido procurase de educación suficiente para saber, que la palabra imbécil es un término en una escala por lo que se le recomienda a usted, conseguir un libro de psicología elemental para saber de su definición. El señor Martínez no estuvo suficiente tiempo al frente del Instituto Nacional Agrario ya que debido a diferencias con Callejas dejó su cargo, por lo que no se le puede atribuir a él el problema del Aguán. Los muertos los carga usted, porque es su ignorancia y el odio que lleva dentro de su espíritu, lo que no lo deja en paz. Lo comprendo que se sienta engañado con las tonterías de Zelaya, personaje que como usted, debería procurarse un diccionario de sinónimos, una álgebra de Baldor, y un lienzo en blanco y un desierto, para ver si así, en la soledad, puede producir pensamientos con no sean, simples reproducciones de otras y lejanas latitudes.

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