POLÍTICA DE EEUU EN CENTROAMÉRICA

Juan Ramón Martínez.




[caption id="" align="alignright" width="334" caption="Doctor Marco Aurelio Soto, 20° Presidente de Honduras."]Marco Aurelio Soto[/caption]

Desde principios del siglo pasado, la política de Estados Unidos hacia Centroamérica ha sido una de sobresaltos, acciones sin sentido y fracasos muy definidos. Estados Unidos empezó su intervención en Centroamérica, al lado de Inglaterra – la dueña de los mares – disputándoles derechos y obligándole a que respetara los derechos de las jóvenes repúblicas que empezaban a gatear en forma irregular. Por ello Inglaterra nos devolvió las Islas de la Bahía y al final, se terminó por cejar en su intervención en el llamado territorio mosco. A principios del siglo anterior Estados Unidos operó como árbitro en las diferencias y pleitos rurales de los gobiernos centroamericanos. Acostumbrados a expulsar a sus adversarios, obligaban a estos a vivir conspirando constantemente en su contra, aliándose con los gobiernos enemigos mutuos, los que al final, terminaban interviniendo en los asuntos internos del resto de los frágiles estados centroamericanos. Barrios de Guatemala y Gonzáles de El Salvador nos impusieron al que se reconoce como el mejor gobierno de Honduras del siglo XIX: el de Marco Aurelio Soto. José Santos Zelaya, dictador de Nicaragua intervino en forma directa invadiendo a Honduras y a El Salvador, en el plan de imponer a Policarpo Bonilla en 1894 y a Miguel R. Davila en 1907. Este mismo año, Estados Unidos forzó a los centroamericanos para que crearan la Corte de Justicia Centroamericana a fin que, en vez de ir a las armas, resolvieran los problemas por medio del derecho. Desafortunadamente, la región ha carecido de estadistas que pudieran entender los beneficios de la paz y el camino que la democracia facilitaba para lograrla. 


Cuatro años después, Manuel Bonilla daba los primeros pasos para derribar al gobierno de Dávila. Estados Unidos se involucró mediando entre los contendientes los que al final accedieron a un acuerdo que, sin la intervención de los Estados Unidos, habría llevado al país a la guerra fratricida generalizada. Así, en 1911 se instaló un gobierno de transición que efectuó elecciones y permitió el reingreso de Manuel Bonilla al poder. Mientras tanto en Nicaragua, Estados Unidos comenzaba sus sucesivas intervenciones hasta concluir al final de la década de los treinta, creando una Guardia Nacional que fue la base de la larga dictadura de la familia Somoza, que precipita en 1979, el ingreso de los sandinistas al poder. 


En 1954, Estados Unidos intervino expulsando del gobierno de Guatemala a Arbenz Guzmán, un reformista que se atrevió a tocarle los intereses a la United Fruit y usar un discurso que hizo pensar a los estadounidenses que Guatemala se convertiría en una base soviética. Honduras fue “obligada” a participar en una intervención militar que se vea por donde se quiera, es una vergüenza para todos. 


Después en 1979, Estados Unidos sintió amenazados sus intereses por un gobierno en Nicaragua, aliado a Cuba, la Unión Soviética y a Libia. Por primera vez el cerco en contra de Estados Unidos se establece en “su traspatio”. Y estalla la guerra en la que las dos grandes potencias y sus satélites locales, se enfrentan en una guerra que, afortunadamente termina con los acuerdos de Chapultepec. Guerrilleros y derechistas aceptan el empate y se reencaminan por la ruta de las elecciones y la discusión política civilizada. Otra vez, los muertos solo sirvieron para hacer llorar a sus familiares. 


Ahora, CA se enfrenta a una situación de inestabilidad. Nicaragua ha ratificado, pese a su dependencia económica, su discurso anti-estadounidense. En el Salvador, el FMNL busca consolidar en las próximas su acceso a todo el poder, colocando en la Presidencia a uno de los suyos. En cuyo caso Honduras quedaría atrapada entre Nicaragua y El Salvador, tan solo potencialmente respaldada por Guatemala y el gobierno derechista de aquel país. Y eventualmente por EEUU. 


Porque Estados Unidos tendrá que reaccionar. Si sigue como hasta ahora, jugueteando con El Salvador y castigando a Honduras tan solo para calmar a Chávez, sin ganar nada, Nicaragua aumentará su fuerza y en forma inevitable, buscará la forma de intervenir en nuestro país, imponiendo un gobernante leal a sus posturas. Entonces, la cuestión se complicará mucho más que en los 80.   


Fotografía: JVC3ETA -Drawing of Doctor Marco Aurelio Soto-


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