Abel García Cálix la personalidad del brillante escritor
Miguel Rodríguez A.
"Con hondo sentimiento nos proponemos sintetizar en estas líneas, la personalidad del brillante escritor don Abel García Cálix.
Desde muy joven y después de terminar su carrera de Profesor de Instrucción Primaria, el señor García Cálix se dedicó al periodismo, haciendo sus primeras armas en las columnas del periódico Pabellón Latino, que fundo en el puerto de La Ceiba.
Por motivos políticos, tuvo que salir de Honduras, yendo primero a la Habana, donde auxiliado por el notable jurisconsulto y periodista mexicano don Querido Moheno, logro abrirse campo en el diarismo cubano, dejando allí muy bien sentado su nombre.
Pero no fue Cuba su verdadero campo de lucha y de trabajo. Halagado por la buena acogida que tenían los escritores centroamericanos en México, se trasladó allá en compañía de su inteligente esposa doña Ester de García Cálix.
En la capital azteca permaneció nueve años. Fue este un periodo de intensa lucha para García Cálix. Los escritores en ese tiempo habían encontrado su meca en México y hacia allá se dirigió un gran número de intelectuales sobresalientes.
De manera que, para obtener y conservar un puesto distinguido en los rotativos de aquella capital, era necesario contar con una superioridad bien probada. A pesar d esto, García Cálix siempre tuvo un lugar en las avanzadas del diarismo azteca, llegando a ser editorialista del gran diario El Globo. Su intensa labor queda además difundida con fuertes y macizos trazos, en todos los diarios y principales revistas de la vieja Tenochtitlan.
Abel García Cálix no fue solo un periodista de méritos positivos, sino también un orador elocuente y convencedor. Era un periodista autentico e la extensión toral de la palabra. Elocuente, valeroso, nutrido de las más sabias enseñanzas todo lo que salía de su pluma, tenía el mérito que solo saben darle los hombres de pensamiento elevado.
Viajó por los Estados Unidos admirando el progreso y la civilización de aquel país, todo lo cual sirvió para aumentarle el bagaje de sus variados conocimientos.
Ahora, recién vuelto al terruño, con el íntimo y patriótico deseo de contribuir a su regeneración y a su adelanto, ha caído el periodista luchador, sin poder realizar sus nobles ideales.
Fuimos íntimos amigos de García Cálix y pudimos apreciar toda la valía de su persona. Su muerte nos ha causado esa consternación que traen las grandes catástrofes, tanto porque valía y le quisimos de verdad como por el desamparo en que queda su familia.
Nos es posible con el pesar que nos embarga, ante la muerte de un amigo querido, escribir con la amplitud y precisión que deseáramos. Pero con el trascurso del tiempo y cuando nuestro aniño este sereno, escribiremos extensamente sobre la personalidad y sobre la obra del compañero desaparecido.
Mientras tanto, presentamos a su acongojada esposa doña Ester, a su madre y a sus cuatro hijos, las más sinceras expresiones de nuestra condolencia, deseando que la resignación cristina sea el mejor bálsamo de consuelo para sus corazones."
Fuente: El Cronista, (13 de mayo de 1927), p. 2. No. 3.856. Año XVI.
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