HALL, PRIMERA PRUEBA
Juan Ramón Martínez
La preocupación por la independencia de los órganos electorales, fue planteada desde mediados del año anterior por medios independientes. Llamaba la atención -- por eso la reacción-- que, desde un periódico capitalino, se iniciara una campaña publicitaria destinada a convencernos que el anterior proceso electoral, era el mejor de la historia, porque había sido comandado por Rixi Moncada, en representación del P.L.R. contando con el apoyo solidario de la representante del Partido Liberal, Ana Paola Hall. Tal insistencia, llamó la atención, de forma que se terminó por concluir que, en la práctica, operaba una alianza entre el Partido Liberal y el Partido Libertad y Refundación para garantizar, un segundo triunfo en las urnas. Los líderes del Partido Nacional, algunos de ellos resignados a aceptar lo que viniera, esperaron que las cosas maduraran, para poder enfrentar la dificultad. Incluso, poco a poco tomaron conciencia que, en el RNP, el nombrado por su partido, era fiel a los dictados del líder liberal que, se había hecho de la dirección de los destinos de los órganos electorales. Fieles, a su estilo, ahora, pacientemente esperan que los liberales muevan fichas.
Ana Paola Hall, se ha declarado “independiente”. Sin aclarar de quién, cuando dirigentes del PL, la invitan para que dé información sobre el proceso. Especialmente por la contratación de la firma que se encargará de la trasmisión anticipada de datos, que al final, se ha establecido que no ha sido contratada; y, menos que la potencial elegida sea la misma que realizó iguales tareas en Venezuela. La invocación del carácter constitucional del CNE, por Hall para justificar su resistencia a reunirse con los dirigentes liberales, es una indicación que el Central Ejecutivo del PL, ha descubierto que hace falta que además de llevar los electores a votar, para derrotar al partido del gobierno, es básica la independencia de los órganos electorales. Esta preocupación, no tiene por qué escandalizar. Los miembros del CNE, tienen la obligación de darnos a los ciudadanos y a los partidos, toda la información que requiramos, para satisfacer nuestros deseos por su transparencia y honestidad. Por ello, deben reunirse con las directivas de los partidos y movimientos, para darles las explicaciones correspondientes.
Lo que debe evitarse, eso sí, es el manoseo de las estructuras del Partido Liberal, por ex líderes –por más encumbrados que estos hayan sido en su momento– que en la búsqueda de lo suyo; o sólo para satisfacer sus egos desmesurados, tomen el control y dirección del más importante órgano electoral. Para contribuir a ello, Ana Paola Hall, tiene que entender que su cargo es de manera directa, fruto de la voluntad del PL; y, expresión de su participación, igual que las de los dos miembros más, da garantía de igualdad a los partidos que participen en los eventos electorales. Y que, en forma sutil, tenemos que aceptar que la independencia es del órgano, pero no de los miembros que están allí, para defender los intereses de sus partidos; y no sólo, los afanes de uno de ellos, cómo es el caso del Partido Liberal. El que Hall haya llegado a esa posición, bajo la protección de un ex líder liberal, no la blinda a ella, para comprometer su independencia y poner en peligro los intereses del Partido Liberal.
Hall es miembro del PL. Está en el CNE por ese partido. Debe romper la dependencia del ex líder, que no ha mostrado interés en el triunfo de ese partido. Será indicación de independencia para honrar su militancia. Su primera prueba cívica.
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